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Técnicos de 28 países y representantes de organismos internacionales discuten este martes en República Dominicana la urgencia de enviar unos 200 millones de dólares a Haití para reforzar el presupuesto del país caribeño, devastado por el terremoto del 12 de enero. AFP
El ministro de Economía, Planificación y Desarrollo dominicano, Temístocles Montás, organizador por el país sede, explicó que los ingresos fiscales de Haití representan el 20% de lo proyectado antes del sismo, lo que resulta insuficiente para pagarles a los funcionarios públicos.
Haití recibió 200 millones de dólares en donaciones y ayuda no reembolsable, «pero es necesario doblar esa suma para que el gobierno pueda hacer frente a sus gastos de nómina», declaró Montás en el marco de esta conferencia técnica sobre Haití.
Representantes de 28 países y entidades multilaterales se reúnen desde el lunes de noche hasta el miércoles en Santo Domingo, donde discuten el monto necesario para la reconstrucción de Haití, evaluado en unos 14.000 millones de dólares.
Los resultados de esta conferencia serán llevados a la cumbre de donantes del 31 de marzo en la sede de Naciones Unidas en Nueva York, en la que se definirán vías de asistencia económica para el país, azotado el pasado 12 de enero por un fuerte terremoto, que dejó unos 220.000 muertos.
La agenda se abrió el lunes con una cena de trabajo y continúa este martes con discusiones a puertas cerradas en el hotel Santo Domingo, en el malecón de la capital, con la participación del primer ministro haitiano, Jean-Mack Bellerive.
En su discurso de apertura, Montás señaló que es necesario asegurar los recursos para atender los gastos operativos del gobierno haitiano, sacar de las calles a cientos de miles de damnificados y «comenzar a mover el país».
Añadió como requisitos el restablecimiento de los servicios básicos esenciales y de las capacidades institucionales del país para hacer frente a los requerimientos del desarrollo económico y social sostenible.
«Si la tragedia haitiana no es debida y oportunamente enfrentada, se podría crear un sensible escenario de ingobernabilidad que pudiese poner en mayor peligro a la familia y a la sociedad haitianas, y generar -como consecuencia lógica- graves tensiones en toda la isla», advirtió Montás.
