Cumplimiento

Cumplimiento

LEO BEATO
Este vocablo tan dominicano, cumplimiento, consiste en realidad en una palabra compuesta: cumplo y miento. Cumplo aunque tenga que mentir al mismo tiempo. Es como el «sin querer queriendo» del Chapulín Colorado. En su mensaje radial del 19 de junio George W. Bush declaró que, «debido a una insuficiencia de los servicios de inteligencia se llegó a creer que Sadat Husein poseía armas de destrucción masiva».

Esa es una especie de «cumplimiento» hacia el pueblo estadounidense. «Teníamos que defendernos», peroró el presidente. Además sugirió que los pilotos suicidas del S/11 podían haber sido iraquíes, a pesar de que originalmente se había declarado que eran de Arabia Saudita y que nueve de ellos estàn vivitos y coleando en Riyah, la capital de Saudi-Arabia.

Esto nos recuerda el caso del Golfo de Tonkin en Vietnam, cuando el gobierno de Lyndon Johnson justificó el incidente para declararle oficialmente la guerra a Vietnam del Norte. También nos trae a la memoria sus palabras a raíz de la intervención de los Marines en playas dominicanas en abril del 1965: «Deben incluir en el cablegrama la premisa de que no se les puede garantizar la vida a los ciudadanos estadounidenses». El resto es historia.

George W. Bush había declarado que El Axis del Mal eran Irak-Iran-Corea. Resulta, sin embargo, que esas tres naciones habían comenzado a convertir sus reservas nacionales a euros en lugar de dólares como había sido hasta entonces. Además, como en el reciente caso de Venezuela, habían propuesto un sistema de trueques, alimentos y servicios por petróleo, sin que mediara ninguna divisa por el medio. Este tipo de innovación financiera amenazó con debilitar al dólar como moneda internacional única. ¿No sería ésta la verdadera causa para la declaración del Axis del Mal? En tiempos de Richard Nixon a este tipo de «cumplimientos» se le llamaba en ciencias políticas «The Politics of Expediency» (la política de la conveniencia). Se mentía intencionalmente en el momento apropiado para obtener determinados objetivos tàcticos aunque después se tratara de disculparse. Una especie de adaptación moderna de la premisa maquiavélica de «el fin justifica los medios». O, como después se hizo en Dominicana en los años del PPH, «el poder es para ejercerlo». Es decir, prometemos la no re-elección para después reelegirnos.

Decir lo que conviene en el momento apropiado. El cumplimiento (la mentira de conveniencia) es parte integral de esa estrategia. Es lo que Condolezza Rice denomina «la mentira por ignorancia». «La información de inteligencia con que contàbamos era insuficiente pero el mundo entero sospechaba que Sadat Husein poseía armas de destrucción masiva». Estas son sus palabras textuales. A propósito, la madre de Condolezza declaró en una ocasión que había escogido ese nombre para su hija (quien es una depurada pianista) porque en las partituras musicales aparecía «Con Dolcessa» (con Dulzura). Sin embargo, la Secretaria no le ha hecho honor a su nombre porque en la Colina Capitolina (Capitol Hill) la conocen como «La Dama de Acero» (The Steel Lady).

Mentir por ignorancia es peor que mentir por conveniencia aunque ambas mentiras equivalen a lo mismo. Las consecuencias, sin embargo como en todo «cumplimiento», dependen del grado de concientización de los ciudadanos de un país determinado.

Como bien opina el periodista investigativo Thom Hartmann: «Lo de Irak es asunto de hegemonía económica mundial. El euro contra el dólar». O, como se està diciendo hoy dia por las calles de Washington: «Bush lied and Americans died» (Bush mintió y son los norteamericanos lo que ahora estàn muriendo en Irak). Las palabras de Thomas Jefferson suenan cada día mas diàfanas: «La mayor defensa para nuestra democracia es que los ciudadanos se mantengan siempre bien informados». Ese es el mejor cumplimiento.

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