A juzgar por lo que afirma Anabel Amparo, experta de la Oficina Panamericana de la Salud (OPS), el dengue que aquí ha matado a tantas personas es el mismo de siempre, pero hemos sofisticado y encarecido su tratamiento sin lograr reducir la mortandad. La cura ha resultado peor que la enfermedad porque aunque la mayor parte de los casos es curable en el nivel primario de atención, aquí hemos llevado la enfermedad al costoso nivel de especialidad y cuidados intensivos hasta por 20 días.

Lo dicho por la experta de la OPS apuntala la reflexión que hiciera el doctor Nelson Rodríguez Monegro, viceministro de Salud Colectiva, quien a mediados de octubre sostuvo que 8 de cada 10 fallecimientos por dengue eran evitables. Un poco antes de esa reflexión, la ministra de Salud, Altagracia Guzmán Marcelino, atribuyó la mortandad a fallas de diagnóstico y tratamiento en los hospitales.

Todo este cuadro lamentable habla muy mal de los servicios sanitarios dominicanos. La experta de la OPS afirma que países más pobres que el nuestro, citando específicamente a Honduras, han logrado bajar la mortandad por dengue, cosa que los dominicanos no hemos logrado. El desafortunado resultado de gestión en el caso del dengue es lo suficientemente grave como para revisar de arriba a abajo nuestro sistema de atención para males endémicos.

Indocumentados y  violentos

Las agresiones y lesiones de que fueron objeto varios inspectores de la Dirección General de Migración por parte de una turba de haitianos que los atacó a pedradas mientras algunos exhibían armas de fuego, es un hecho muy grave que no puede ser tolerado bajo ningún pretexto. Todo ciudadano que se encuentre en territorio dominicano tiene que obedecer las leyes vigentes en este país y asumir las consecuencias de actos tan bochornosos como el ocurrido el lunes en la avenida Prolongación 27 de Febrero, próximo al Residencial Alameda, en Santo Domingo Oeste.

Esa actitud y la cada vez más frecuente participación de haitianos en actos delictivos marcan una tendencia que debemos contener a tiempo. No podemos ser permisivos con indocumentados cargados de violencia. Las leyes dicen lo que corresponde hacer.