Las organizaciones comunitarias de La Barquita y el sacerdote Gregorio Alegría se reunieron ayer en la escuela laboral de esa barriada, con miras a dejar de lado las diferencias y trabajar unidos por un objetivo común: sacar a la población que habita la zona más vulnerable y sanear el lugar.

Para Nicolás Benavides, presidente de la Junta de Vecinos La Milagrosa, ya se ha logrado lo más grande: “que el presidente Danilo Medina reconozca que quienes habitan La Barquita son seres humanos”, por lo que llamó a la asamblea a ofrecer un aplauso como gratitud.

En medio de esta reunión, el padre Alegría, párroco de la iglesia San Vicente de Paúl, no permitió que la regidora Edita Sandoval, quien pertenece al Partido de la Liberación Dominicana, tomara la palabra, tras advertirle que se trataba de una reunión comunitaria, no política.

En el encuentro estuvieron presentes dirigentes  de las organizaciones que se habían mantenido excluidas, pero que, sin embargo, lograron entregarle al presidente Danilo Medina sus propuestas de solución, cuando el mandatario acudió a la reunión  en la iglesia San Vicente.

Por otro lado, el cura le advirtió a una delegación de funcionarios de la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD)  que aunque el barrio quiere agua potable, primero hay que sanear la zona, atravesada por tres grandes cañadas, que ya comenzaron a ser limpiadas por ese organismo y por los comunitarios.

Grano de arena.  El padre Alegría trata de conciliar con los  grupos  que hacen vida en La Barquita y señaló que lo importante es que cada uno ponga su granito de arena para que pueda haber resultado positivo.

Expresó que se alcanza la cima de la montaña dando el primer paso, que consiste en la unidad de todos, y que el objetivo de las reuniones es conocerse cada vez  más y trabajar por el mismo objetivo, que es lo que quiere el Presidente de la República.

Al inicio Alegría definió los roles que se desarrollarán en las reuniones: un espacio comunitario, como el que se efectuó ayer; lo político, en el que aclaró, él no interviene, y el institucional.

 Recordó que Medina fue claro cuando lo designó coordinador entre La Barquita y el Gobierno, con su  advertencia de que “esto no se politice”.

Las claves

1. Buscan unidad

Las organizaciones comunitarias  de La Barquita y el sacerdote Gregorio Alegría se reunieron ayer con miras a unificar los criterios en torno al proyecto de saneamiento  de este lugar.

2. Dejar de lado intereses

El padre Alegría admite que el camino por recorrer no será fácil, ya que mucha gente cree que se trata de un proyecto personal, cuando la realidad es que es colectivo y hay que deponer intereses.