La verdadera intención de los grupos que promueven la despenalización del aborto en el país es que ese procedimiento se permita, sin condiciones, hasta los seis meses, como una copia del modelo holandés.
Así lo considera el sacerdote Manuel Ruiz, quien en un análisis sobre la posición de la iglesia católica respecto a la forma en que se maneja el tema en el proyecto de reforma constitucional, dice que en ese texto debe especificarse que el derecho a la vida es inviolable desde la concepción hasta la muerte natural, y no podrá establecerse en ningún caso la pena de muerte ni la eutanasia.
En ese sentido, precisó que es fundamental que ese artículo no tenga ambigüedades ni brechas interpretativas que faciliten leyes futuras que vulneren los derechos de la persona humana.
Para ser más explícito detalló que, aunque en todas las constituciones del mundo se consagra el respeto por la vida, en muchos países se permite la interrupción del embarazo, y que de hecho los que están a favor del aborto lograron que incluso en la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en su artículo 4, se le dejara una brecha para excepciones.
Ruiz explica que propone la inclusión del no a la eutanasia porque esa opción crece, y sus promotores son los mismos que ahora tienen esta campaña internacional a favor del aborto, como se puede constatar en el hecho de que Margaret Sanger, fundadora de Planned Parenthood, y amiga personal de Adolfo Hitler, figura también en la lista de los primeros fundadores de la Sociedad para el Derecho a Morir de 1988.
Sin pruebas científicas. Ruiz entiende que no existen evidencias científicas que permitan establecer que legalizar el aborto reduce las muertes maternas.
Más bien queda demostrado que sólo un adecuado sistema de salud que proteja a la madre desde el momento de la concepción, durante el embarazo, el parto y el puerperio, reduciría significativamente las muertes maternas.
Por eso apoyamos la protección del Estado a las embarazadas, porque éstas no deberían morir por el acto de dar a luz.
Las claves
1. Los grupos de mujeres
La despenalización del aborto en la legislación dominicana es una de las aspiraciones de los grupos que entienden que no deben establecerse sanciones cuando se interrumpe el embarazo por razones terapéuticas, violación o cuando se produce un incesto.
2. El conflicto
Desde hace varios años se discute en el Congreso Nacional un proyecto de reforma al Código Penal, en el que se impondrían sanciones al aborto. El debate se genera entre los grupos religiosos y entidades feministas.
Falsas cifras
Ruiz considera que son erráticas las cifras que manejan los grupos que en el país defienden el aborto, y en ese caso advierte que no es cierto que se produzcan 100,000 abortos al año que, por ser ilegales, terminan en muertes.
El sacerdote cita que de enero a diciembre de 2007 en el país nacieron vivos 106,203 niños, según la Secretaría de Salud Pública, por lo que entiende que si fuesen ciertas las referidas estadísticas se habrían producido 168,862 muertes por partos o abortos.
Para sustentar su argumento revisó las actas de defunciones que emite Salud Pública -para él la fuente más confiable- y al cruzar los datos de la Dirección General de Epidemiología, según la cual sólo hubo 78 muertes maternas en ese año, con la Dirección General de Información y Estadísticas de Salud Pública, se constata que por año el total global de muertes por cualquier causa no llega a 50,000 personas.
Es común que estos grupos exageren al repetir las estadísticas del Allan Gutmmacher Institute, que forma parte de la mayor red de clínicas de abortos en Estados Unidos, la Planned Parenthood, dijo el religioso al destacar que en Perú y Bolivia, donde se permite el aborto, la tasa de mortalidad materna es elevadísima.