Prevenir. La Sociedad Española de Heridas (SEHER) y PiC Solution, marca especializada en productos para el cuidado de la salud, han desarrollado conjuntamente una guía para el cuidado y tratamiento de las quemaduras domésticas, en la que también se explica cómo valorar el grado de las mismas, aunque a veces es complicado valorarlas. Los remedios caseros procedentes de falsos mitos populares pueden provocar un retraso en el proceso de cura e incluso infecciones.
Algunos consejos son: Enfriar la zona del cuerpo afectada inmediatamente. La solución más eficaz es aplicar abundante agua fría y mantener el contacto con el agua hasta aliviar el dolor.
Cubrir la quemadura con un material que cumpla los siguientes requisitos: que alivie el dolor, facilite la cicatrización, no se adhiera a la lesión e impida una posible infección.
No es recomendable emplear pomadas sin la prescripción médica adecuada, ya que muchas de ellas no son hidrosolubles, por lo que se adhieren a la piel quemada o contienen agentes antisépticos que pueden provocar irritación o alergia.
Finalmente, se aconseja usar apósitos para tapar la quemadura, pero conviene que estos sean específicos para quemaduras, de tipo CAH (curación en ambiente húmedo).