Curas afirman la miseria es grave en barrios SD

Curas   afirman la miseria es grave en barrios SD

JCuatro sacerdotes de la Arquidiócesis de Santo Domingo deploraron este lunes la situación de miseria en que se desenvuelven miles de familias, lo que sienten en carne propia cada vez que se acercan a los templos pidiendo algo para comer, mientras las autoridades exhiben un crecimiento que se queda en quienes dirigen los destinos del país.
Consideran que miles de residentes en los sectores marginados no tendrán pan en la cena navideña, ya que los precios de los artículos de la canasta básica están por las nubes, como la de un plátano que cuesta entre 20 y 25 pesos la unidad.
Nelson Acevedo, coordinador de todas las parroquias del Distrito Nacional y párroco de la iglesia Santo Cura de Ars, en Capotillo, afirma que en los barrios de la ciudad la gente pide para comer porque no cuenta con ninguna entrada económica, además de los altos precios de la comida.
A esto agrega los bajos salarios para quienes tienen el privilegio de un empleo, la falta de fuentes de trabajo y de políticas de Estado en ese sentido, así como un sector privado muy tímido en la inversión que genera riqueza.
“La situación es difícil para la gente, el dominicano se está comiendo un cable, lo que palpo como sacerdote diariamente en las parroquias y las visitas a las comunidades”, expresa.
Sostiene que cada vez observa más indigentes pidiendo algo para comer, una ayuda para ir al médico, comprar un medicamento que el médico ha recetado.
Sin cena. Estima que miles no tendrán este año la tradicional cena de Navidad, debido a que los precios están fuera del alcance de la mayoría, mientras se habla de un crecimiento que se queda en las alturas.
Se pregunta “cuánto cuesta una cena de Navidad hoy día, con los precios por allá arriba, es imposible para un pobre; entonces no hay muchas expectativas en esta ocasión”.
Sugiere la creación de fuentes de trabajo para los jóvenes, no que se acuda a la dádiva, ya que esta práctica mantiene a las personas en el círculo de la pobreza.
José Luis Hernández, coordinador de 11 parroquias entre Cristo Rey y Arroyo Hondo, manifestó que la realidad en los barrios y comunidades es muy diferente a la que exhiben el Banco Central y el equipo económico del gobierno.
Tiempos difíciles. Describió la situación actual de muy difícil, ya que los precios de todos los productos y los combustibles se han disparados y la gente no lo siente por el movimiento del salario 13, los bonos y otras dádivas.
Hernández, además párroco de la iglesia San Pablo, en La 40, estima que a partir de enero se producirá un incremento de la miseria, ya que no habrá regalía, fuentes de trabajo y los precios de los combustibles y la canasta familiar seguirán en alzas.
Expuso que como el presidente Danilo Medina se tragó “un tiburón podrido” y no le hizo nada, ahora dice que en el país no hay pobreza, que ni siquiera hay muchachos pidiendo y limpiando vidrios en los semáforos.
“Pero quienes vivimos en los barrios palpamos el hambre que pasa la gente, que está desesperada, que se refleja en sus rostros, desnutrida, hambrienta”, afirma
Piden una migaja. Aquiles Ozuna, coordinador de las parroquias de la región Ozama y párroco de la iglesia Domingo Savio, expresó que muchos acuden a las iglesias en busca de algo para comer debido a que no tienen nada conque obtener alimentos.
“La pobreza es extrema, es fuerte, la gente se lamenta de la falta de oportunidad, tanto para estudio para los jóvenes como de carreras técnicas”, expuso.
No hay empleos. Señala que la falta de fuentes de trabajo es uno de los grandes males en los barrios marginados, lo que empuja a muchos a las actividades ilícitas, como el consumo y venta de drogas, violencia y otros males que causan inseguridad.
El cura Gabriel Almonte, director de la Obra Salesiana, coincide con los demás sacerdotes en el sentido de que una cosa es la economía que pregonan las autoridades y otra muy diferente es la realidad en los sectores pobres y medios.
Precisa que la gente sigue el chiripeo para poder sobrevivir, continúan comiendo mal, no encuentra hospitales en buen estado, ni atención y medicamentos cuando acuden a esos lugares.
Indicó que en los barrios La Ciénaga y Los Guandules hay una gran expectativa con el Proyecto Domingo Savio.

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