Curiosidades estructurales poco
apreciadas en la Zona Colonial

Curiosidades estructurales poco<BR>apreciadas en la Zona Colonial

POR SEGUNDO ANTONIO VÁSQUEZ
  Un recorrido a pie por la ciudad de Santo Domingo es una experiencia que puede disfrutar aquel a quien le gusta escudriñar  nuestras curiosidades estructurales a veces desapercibidas.

  En la Ciudad Colonial, la única vivienda antigua de un solo nivel cuya entrada arqueada presenta el marco más amplio de todos los existentes en extramuros, es la situada en la calle Duarte número 255.

  Este cada lateral presenta dos metros de ancho, aunque el del sur es un poco más ancho. Bordea el acceso de una residencia cuyos muros están empañetados de mampostería y su construcción la forman gruesas rocas talladas con medio metro de ancho, unidas con argamasa, cuya parte superior bien amplia presenta la formación de un arco escarzano.

  Sus bordes sobresalen un poco hacia delante y en la parte superior el muro también tiene incrustadas tres pequeñísimas   banderas: una americana, otra dominicana y una española.

  En la misma calle, pero formando esquina con la que era la antigua calle Pedro Valverde y Lara,  se encuentra el edificio Elmúdesi, que tiene  dos entradas laterales cuyos  marcos superiores son bien  curiosos.   Su forma es cóncava con medio metro de proyección saliente cubierta totalmente de tejas planas.

Los  soportes están  formados por dos cuerpos inclinados unidos centralmente por un bordeado de redondeles tallados con el altorrelieve de líneas curvas. El de la parte de abajo lo forma otro cuerpo estriado cuyo borde curvo se inicia y termina enroscado.

  Igualmente, en la calle Arzobispo Meriño número 157 se puede observar una residencia colonial singular como ninguna.

Su amplísima fachada está compuesta por cinco ventanales enrejados y una puerta de entrada arqueada con un corto marco enladrillado. El muro se extiende hasta unirse a un arco de medio punto con cuatro metros de amplitud, formado por gruesas piedras talladas, algunas empañetadas, cuya borde arqueado presenta una cantidad de ladrillos que están puestos parados, el cual -incorporándose a la verja de la Catedral Primada de América- desde hace muchos años se conoce como  “El Arquillo”.

  Así mismo, en la calle José Reyes número 113 se puede observar una antigua edificación colonial de dos niveles la cual es singular en todo el sector, pues  presenta un curioso techo sin comparación en la urbe.

  Esto es debido a que para el margen norte este tiene la forma de la bóveda de una iglesia cubierta de tejas planas, además, en el alto de su fachada hay tres canaletas.

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