POR SEGUNDO ANTONIO VASQUEZ
 Recorriendo no solo extramuros sino llegando para lado oriental de la ciudad capital encontramos curiosas estructuras de verjas decoradas.

  En la avenida Independencia esquina Osvaldo Báez se puede apreciar un edificio de dos niveles de estilos diferentes, al tener una fachada con puertas, ventanas y balcones de techo que cambian totalmente su aspecto. 

Sin embargo, delante presenta una verja con barras de hierro que para el norte dobla en ángulo recto, la cual está formada por unas pilastras cuadradas cuyos cuerpos rectangulares tienen ranuras, una debajo de la otra. Sobresaliendo más arriba solamente las dos que dan a la entrada del inmueble. Estas presentan un remate con una moldura piramidal de cuatro caras,  pero al llegar al vértice de la esquina la  su parte superior cambia al tener un tarro cuadrado ornamentado cuyos bordes están formando conchas ahuecadas arriba con puntas salientes.

  También, llegando a la urbanización La Esperanza, en la calle 5 esquina Z, se encuentra una preciosa residencia de una solo nivel que su fachada tiene una galería con cuatro columnas de cuerpos estriados, pero lo más llamativo es que delante tiene la verja más decorada del sector. Ésta, doblando en los lados, presenta seis cuerpos de concreto rectangulares, los cuales cada uno encierra un cuerpo formando un corazón de color rojo, cuyo centro tiene un redondel con barras de metal que se abren en todos lados.

  Igualmente, en el mismo lugar en la calle Central número 31 tiene otra casa de un nivel con galería frontal, la cual delante presenta una verja de rara formación.

  Son cuatro cuerpos rectangulares de concreto que dividen las tres verjas de un grueso cuerpo formado totalmente circular, cuyo centro redondo tiene barras de hierro que parten hacia todos lados como los rayos de un sol.

  De parecida forma hay una casa de un nivel en la calle 4 número 63, cuyas tres verjas están formando las ruedas de una carreta con sus rayos y aro de metal.

  Así mismo, en la plazoleta Byron, situada en el lado oeste del comienzo de la calle Isabel La Católica, para el lateral norte se puede observar una verja curiosamente decorada. Formada por siete pilastras rectangulares, separadas por una corta baranda donde cada una delante presenta un asiento cubierto con material de granito cuya parte abajo presenta la cavidad de una pequeña jardinera. Pero cada una en su remate tiene un tarro redondo con matas de flores, cuyo cuerpo está decorado al final  con líneas  ovaladas y con una hilera de escuditos con la cara lisa.