Desde 1966, el Ministerio de las Fuerzas Armadas, a través de las Escuelas Vocacionales, implementa un ambicioso programa de formación técnico profesional, que contiene 41 oficios y carreras, con los que se benefician tanto civiles como militares, de ambos sexos, que en la mayoría de los casos se insertan al mercado laboral.

Uno de los beneficiados de los cursos que imparte dicha escuela es  Pedro Suero, quien ingresó a ese centro en 1986 y seis años después se  convertía en un multiplicador de sus conocimientos: imparte docencia que le deja como beneficio la satisfacción de enseñar y un salario de RD$8,900.92, que incluye la especialidad de RD$1,000.

Suero muestra sus habilidades con la elaboración de varias piezas, las cuales llaman la atención de los visitantes de la XV Feria Internacional del Libro, que se desarrolla desde el pasado 18 de abril en la Plaza de la Cultura. En ese escenario expone los diferentes artículos que aprendió a elaborar en las Escuelas Vocacionales y que enseña a jóvenes y adultos desde el 1992, año que fue contratado por las Fuerzas Armadas como instructor asimilado. Haciendo uso de los  cursos técnicos que ha aprendido: herrería, torno en madera, artesanía, ebanistería y  macramé, Suero dice: “yo en madera hago hasta muchachitos, bates, pilones, tasas, trompos, entre otros artículos.

En su casa, ubicada en Nigua, San Cristóbal, tiene instalado un taller. “De eso es que yo vivo y no es que yo lo diga pero me considero un buen técnico, además esto es como el refrán: por sus frutos lo conoceréis”.

Se queja de que no ha tenido la oportunidad de ganar dinero con sus múltiples oficios aprendidos. Aunque quisiera trabajar en otro lugar donde le pagarían mejor, dice que no puede porque entonces perdería su pensión como asimilado de las Fuerzas Armadas.

“Esa gente viven de mí”, expresa Suero para subrayar que tiene casi 30 años junto a su esposa Miguelina de la Rosa y sus seis hijos.

Escuelas vocacionales.  Este centro de formación lo   dirige el coronel Robinson Antonio Rojas Batista, con su sede central  al lado de la academia Batalla de las Carreras, en San Isidro.

En la actualidad, según explicó la jefa de estudio Iris Vélez, hay matriculados 2,300 estudiantes en la sede de las provincias de Santo Domingo y Santiago. En la cárcel de La Victoria se imparten esos cursos a más de 200 internos. Allí aprenden torno de madera, tapicería, elaboración de materiales en cuernos de reses, bisuterías, carteras, accesorios para la casa, entre otros.

Dice que la misión de las escuelas es preparar  técnicos calificados para ser incorporados a la producción. Reciben doble titulación, del Instituto de Formación Técnico Profesional (INFOTEP) y de las Escuelas Vocacionales. La docencia se imparte en 19 talleres e igual cantidad de aulas, allí reciben la práctica y la teoría.

Hay cursos que tienen una duración de seis meses como el de masaje corporal, informática, hotelería y turismo; en cambio, la enfermería es de un año y seis meses con la pasantía. Otros cursos, que se imparten de manera gratuita, son de un año de duración. En dos horarios, de 8:00 de la mañana a 12:00 del mediodía y de 2:00 a 5:00 de la tarde.

Pueden optar por los cursos los jóvenes a partir de los 16 años y con el segundo del bachillerato aprobado. Tienen un personal de 47 profesores.

Los interesados deben dirigirse personalmente a la sede central con una copia de su cédula los que son mayores de edad, foto y certificación del último curso o de octavo. Para enfermería exigen el bachillerato.

La clave

Otros cursos técnicos

En las escuelas vocacionales de las FF.AA se imparten cursos de artes gráficas, albañilería, artesanía, corte y costura, cosmetología, cocina hotelera, desabolladora y pintura, ebanistería, electricidad, enfermería, inglés, fontanería, fabricación de inversores, herrería, hotelería y turismo, informática, mecánica, pintura y decoración, panadería, tapicería y zapatería.