POR MARIEN A. CAPITAN
Transparentar el manejo presupuestario, las licitaciones y las instituciones del Estado son las claves para luchar contra la corrupción, aseguró ayer Daniel Kaufman, director del departamento de Programas Globales del Banco Mundial.

Al hablar durante la presentación del Plan Nacional de Etica, Prevención y Sanción de la Corrupción, Kaufman sostuvo que en esta lucha también es determinante que haya voluntad política: de las decisiones que tome el gobierno, independientemente del costo político que éstas puedan tener, dependerá el que disminuya o aumente la corrupción.

Para Kaufman no sirven de nada las nociones tradicionales de lucha anticorrupción: las campañas, los pronunciamientos, las disertaciones, códigos, las agencias y las regulaciones nunca han funcionado.

En lugar de ello, Kaufman señala que el primer paso es caminar hacia la gobernabilidad y crear las bases para que cimentar la tradición de la rendición de cuentas. Después será necesario establecer un mecanismo de estabilidad política, es decir, hay que desterrar cualquier indicio de violencia y terrorismo.

Pasando al campo de la gobernabilidad económica, Kaufman apuntó que debe existir eficiencia del gobierno a la hora de ofrecer los servicios a la población. También debe asegurar que existan buenas políticas económicas y un adecuado marco regulatorio.

Otro punto muy importante para Kaufman es la calidad del imperio de la ley o el estado de derecho que existe en el país.  La justicia, sostiene, debe manejarse con transparencia

legal y económica. Además, debe contar con una independencia total del Poder Ejecutivo.

«HAY QUE CONTROLAR A LOS POLITICOS»

La corrupción tiene un costo enorme en cuanto a la pobreza, la equidad y el crecimiento de los países. Pero también, asevera Kaufman, afecta el nivel de competitividad de los países y las inversiones extranjeras que puedan tener.

Por esa razón, Kaufman entiende que hay que controlar a los políticos. Para empezar hay que vigilar de cerca los financiamientos de sus campañas políticas y sus partidos; y limitar sus posibilidades fomentar el clientelismo.

Volviendo al área judicial, Kaufman dijo que es importantísimo lograr que los jueces sean capaces de juzgar de forma imparcial a los corruptos sin importar si son o no de su mismo partido.

En pos de ello, debe exigirse que los candidatos a los puestos políticos y a los legislativos, al igual que sus familiares, deben hacer una amplia declaración de patrimonio que se haga pública. También deben hacerse públicas las contribuciones que hacen los individuos y las empresas a los partidos políticos; los gastos de las campaña y los gastos parlamentarios.

Al hablar de las instituciones, Kaufman aseguró que en los estudios que se han hecho en diversos países las instituciones que se manejan con más rectitud son las iglesias, las oficinas de Defensor del Pueblo y los bancos centrales. ¿Las más corruptas? La Policía y las oficinas de aduanas.

Finalmente Kaufman sostuvo que uno de los puntos más importantes para comenzar una lucha efectiva contra la corrupción es medir hasta qué punto ella ha calado en las instituciones del país. Por tanto, la invitación está hecha.