SANTIAGO. Tras una espera de cuatro horas, Daddy Yankee fue recibido como todo un jefe en el escenario del Gran Arena del Cibao, donde ofreció un espectáculo visual e interpretativo impresionante. Su magia y su carisma lograron durante dos horas de show cautivar el ánimo de los miles de asistentes, en su mayoría jóvenes de uno y otro sexo, quienes aplaudían una y otra vez con los movimientos del artista y su cuerpo de bailarines, con quienes hace una formidable armonía.
Es así como bajo el nombre de Tírale un paso, Daddy Yankee invitó a cada uno de la coreografía a moverse y a sacudirse mientras el público gritaba y gritaba, admirando los esculturales cuerpos, tanto de las bailarinas como de los bailarines. El cantante boricua interpretó sus temas más sonados a nivel mundial como La gasolina, Descontrol, La despedida, Nuestro amor se acabó, Mayor que yo y Machucando, entre otros que explotaron en euforia.
Dentro de las 24 canciones también estaba Llamado de emergencia, que tengo que hacer, Pose, Somos de calle, King Daddy, Noche de entierro, La señal, Danza kuduro-remix, Rompe, Medley playero, Rescate, Pata boom, Hasta abajo-remix, Desafío, Ella me levantó, Prende y Pa romper la discoteca.
De su nuevo álbum Prestige, interpretó Ven conmigo. Uno de los recursos que se impone para hacer más grandioso este show es la escenografía que lo acompaña, cargada de paneles con luces multicolores, con una estructura mecánica que permite movimiento e imágenes de sus vídeos. Al despedirse, no tuvo otra opción que regresar, ya que nadie se movió de sus asientos. Antes, actúo el DJ Candy Boy.
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El concierto
La presentación estuvo a cargo de la compañía Fire Entertaiment; la producción del evento de Edwin Belliard. Los seguidores del popular reguetonero puertorriqueño tuvieron la oportunidad de verlo en el concierto por la gozadera Brahma Light.