Por José Alfredo Espinal/Goiry Reyes
Una tensa calma se apoderó ayer de esta provincia tras el cierre de todas las fronteras con Haití, por orden del presidente Luis Abinader, ante el conflicto que ha generado la construcción de un canal por parte de sectores haitianos que buscan desviar las aguas del río Masacre en la localidad de Juana Méndez. El Gobierno dominicano ha endurecido las sanciones a los ciudadanos del vecino país, pero los trabajos de la obra continúan y sus promotores están renuentes a detenerlos.
Sin embargo, por razones humanitarias, el Cuerpo Especializado en Seguridad Fronteriza (Cesfront), abrió una pequeña puerta para permitir que los extranjeros, entre los que se encontraban algunas madres con niños en brazos, puedan regresar a su país de origen, según informó a este medio el alcalde de esta ciudad, Santiago Riverón.
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La medida también permite, de acuerdo al ejecutivo municipal, que los dominicanos que están del lado haitiano puedan entrar al territorio nacional en horario de 12:00 del mediodía y 4:00 de la tarde.
“Nosotros no podemos dejar que cientos de haitianos estén varados por horas sentados en el suelo en una esquina de Dajabón pidiendo que les den paso a su país”, afirmó Riverón. Aseguró que Dajabón siempre está preparado para esa situación ya que a cada momento los haitianos lo tienen acostumbrados con el cierre de la frontera en su territorio.
Vigilancia militar
Este escenario que en el pasado ha sido testigo de fuertes confrontaciones tiene desplegado un fuerte y amplio operativo de vigilancia militar que con armas largas mantiene bajo control todo el perímetro fronterizo.
Desde tempranas horas de la mañana de ayer una gran cantidad de vehículos todoterrenos con tropas militares y helicópteros llegaron apresuradamente a la provincia de Dajabón para contrarrestar cualquier eventualidad que se pudiera presentar por esta zona fronteriza.