Con una fiesta sorpresa en la que predominaron los detalles modernos, un cambio de imagen y el regalo más deseado, Dalimé Jiménez Cabral celebró recientemente sus quince años entre familiares, amigos y compañeros de colegio.
Para su cumpleaños Dalimé pidió a su madre Naydisita Cabral una fiesta fuera de los tradicionales y suntuosos trajes, tiara, chamberlan y damas, decoración y el gigantesco bizcocho de las quinceañeras.
Su fiesta fue el reflejo de su personalidad, captada por su hermano Juan Miguel Jiménez Cabral, quien asumió con responsabilidad la preparación del festejo de su hermana, con las instrucciones dadas por su madre, quien no pudo estar presente físicamente con su hija por compromisos fuera del país. Todos sus deseos fueron cumplidos según los mandatos, comenzando con un cambio de color en el cabello, maquillaje a tono con el traje estraples y sobre las rodillas color morado, con accesorios acordes al vestuario y la ocasión.
En la celebración organizada en la terraza de su residencia se partió un pequeño bizcocho multicolor en un ambiente similar, junto a las manifestaciones de cariño profesadas por su padre Félix Jiménez, su abuela Mélida Féliz, sus tíos Roberto y Gregorio, primos, amigas y amigos.