DALLAS (AP).- Ganar la serie final después de haber perdido los primeros dos partidos es algo que ha sucedido apenas dos veces en la historia de la NBA.

Pero esa es justamente la situación en que se encuentra el Miami Heat, que se prepara para recibir el martes a los Dallas Mavericks en el tercer partido de la serie.

La victoria de los Mavs por 99-85 el domingo contra un Miami golpeado y humillado pareció incluso demasiado fácil, y los festejos al final del partido fueron discretos.

En el banco adversario, Shaquille O’Neal se quitó la toalla de la cabeza y se fue meditando sobre el puntaje más bajo de toda su carrera en un partido de postemporada. El tres veces MVP nunca encontró tanta dificultad para realizar su tarea.

Los compañeros de Dirk Nowitzki hicieron grandes jugadas en el partido desigual del domingo, pero el astro alemán, superados los nervios del primer partido, anotó 26 puntos y atrapó 16 rebotes para los Mavericks. Con el partido prácticamente resuelto en el tercer período, los de Dallas festejaron cada punto de manera serena y profesional.  Evidentemente, los Mavs tienen aspiraciones mayores.

“Hasta ahora no hemos hecho nada”, dijo Nowitzki. “Ganamos dos partidos en casa. Sabemos que ellos como locales son otra cosa. Shaq y Dwayne van a tener su tropa lista para jugar”.

Encabezados por Jerry Stackhouse, Howard y Jason Terry, la ofensiva de Dallas lo hizo parecer todo fácil. Enterraron al desorganizado Heat bajo oleadas de puntos.

Stackhouse y Howard incluso tuvieron jugadas de cuatro puntos: el difícil acto de anotar un triple mientras le cometen foul.

Juego de hoy
Dallas en Miami, 9:00 pm