La vidas de dos niñas que en el 2009 quedaron sin hogar marcó el inicio de una institución que hoy alberga alrededor de 40 chicas. Y es que la urgencia de refugio y atención emocional de esas menores motivó a Dalma Florián Santana a crear la Fundación Pasitos de Jesús.

Con escasos recursos personales, pero con el deseo de ayudar y de cambiar la cruda realidad que viven muchas de esas niñas, Florián creó el 24 de agosto del año 2009 el orfanato, la cual va cambiando el futuro de las infantes basado en el amor y la fe.

Florián Santana, inició el proyecto cuando le hablaron del caso de una niña que padecía de síndrome de Down y otra de nacionalidad haitiana que había sido abusada sexualmente, fue en ese momento cuando la señora se puso en contacto con la Fiscalía, y le plateó la situación junto con los comunitarios de la junta de vecino.

Lo que la motivó a crear el hogar de albergue fue que cuando llegó a un lugar para buscar protección a las niñas, les habían dicho que se encontraba lleno, ahí fue cuando tomó la decisión de alquilar una pequeña casa para brindarle apoyo a las menores.

Florián recuerda que comenzó sin nada. Trabajaba en el Ayuntamiento y la casa que acogió para empezar el proyecto pagaba 6 mil pesos.

Cuenta que cuando la dueña de la vivienda vio para lo que ella utilizaba, se la bajó a 3 mil. Contó que el dinero restante lo utilizaba para hacer compras.

Explica que actualmente, los niños les llegan a través del Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (CONANI), la Fiscalía, la junta de vecino y la Policía Nacional.

Pero antes de enviar las niñas a la fundación, CONANI o la Fiscalía, lo primero que hace es llevarlas al médico legista y dependiendo la situación que se halla dado, se le hace una evaluación para saber si la menor fue abusada o no.

La historia es tan conmovedora como la suerte de algunas de las niñas que, gracias a la tenacidad de la propulsora del proyecto, hoy cuentan con un espacio, alimentación y educación.

Detalles de la fundación

La Fundación Pasitos de Jesús, es una institución sin fines de lucros que alberga abandonadas pero, no solo eso, también, las que han sido maltratadas tanto física como sexualmente. Este lugar donde hoy viven las niñas fue donado gracias al aporte de misioneros religiosos de distintos países.

El albergue se encuentra ubicado en Andrés Boca Chica, República Dominicana.

En esta fundación se ocupan de la alimentación de las niñas, su educación y sobre todo lo más importante su formación espiritual: El amor a Dios, a su prójimo y el compartir con los demás.

Como institución trabajan como ente reparador y restructurador de conducta, ya que muchas de las niñas han sido sufrida física y emocionalmente en todo el sentido de la palabra.

La fundación cuenta con niñas de diferentes partes del país, como Samaná, Neiba, San Juan, Hato Mayor entre otros lugares.
La entidad recibe ayuda del actual gobierno del presidente Luis Abinader y de personas que llegan, conocen y se enamoran del lugar.