Un grupo de damas, encabezadas por Angelina Rondón, organizadas en el movimiento «Manos Unidas», realizaron el bazar «Baúles Abiertos», a beneficio del programa «Olimpíadas Especiales», actividad que quedó instituida para ser realizada cada año para apoyar a las personas con retardo mental, autismo, síndrome de Down y otras discapacidades.

Las Olimpíadas Especiales son un programa internacional de entrenamiento deportivo y competición atlética para personas mayores de cinco años con retardo mental. Comenzó en 1967, impulsado en los Estados Unidos por Eunice Kennedy, madre de John F. Kennedy. En el país, el programa tiene 150 miembros activos organizados. De ellos, un equipo de jockey sobre piso ganó en febrero pasado medalla de oro en Japón.

El equipo sigue su entrenamiento para cada dos años participar en las olimpíadas entre un grupo de 80 países, y con el bazar se recaudan fondos para apoyarlos en sus actividades.

Con los niños discapacitados se promueven deportes tales como atletismo, baloncesto, natación, boliche, softball.

«Ellos se desarrollan mucho, andan con sus medallas, eso es algo tan grande para ellos, emocional y físicamente, los estimula a no mirar sus discapacidades sino a seguir adelante, a seguir hacia la meta y al tratar de hacerlo cada vez mejor, no solo ganamos cuando tenemos el primer lugar, ganamos trabajando e intentándolo y participando sobre todo» expuso Angelina Rondón.

Del equipo de atletas de Olimpíadas Especiales del país, que participaron en el año 2003 en los juegos olímpicos de Irlanda, los dominicanos ganaron 33 medallas en las competiciones.

En el país, Olimpíadas Especiales es una institución presidida por Victoria Esteva de Incháustegui y su directora ejecutiva es Elba Lockward.

El bazar «Baúles Abiertos» es una iniciativa de Angelina Rondón, una voluntaria de las Olimpíadas Especiales, inspirada el recuerdo de dos personas especiales que conoció, y que fallecieron: una niña muda y minusválida de 4 años de edad , la cual conoció y trató, Angely Marie Morales Reynoso, con la cual dijo fue un ser muy especial; y Marianela Tejada, colaboradora incansable de las Olimpíadas Especiales.

De la niña Angely Marie Morales Reynoso, Angelina Rondón, hablando ante los asistentes al bazar dijo: «Juntas compartíamos el lenguaje del amor mediante miradas, sonrisas y carcajadas, ya que mi amiguita no hablaba ni caminaba.

Sin embargo nos hicimos panitas. En junio, nuestro Padre Celestial se llevó a mi amiguita a su santa morada.

Fue muy difícil decirle adiós, especialmente porque nuestra amistad aun floreció, pero Dios no comete errores. Aunque mi amiguita se marchó, lo que ella me enseñó, se quedó y germinó en mi corazón con una decisión. Hoy es un fruto de tal enseñanza. Los niños especiales, cualquiera que sea su retraso, son niños muy especiales y merecen todo el cuidado, atención y ayuda que nosotros, su prójimo, podemos brindarle. Hoy es un tributo a esos niños».