TAMBORIL. Aunque en el refugio los damnificados de Carlos Díaz reciben alimentación, cuidado médico y otros servicios, su mayor anhelo es que el gobierno les alquile las viviendas que prometió hasta que pueda reubicarlos en sus propias casas más adelante.
«Aún no se le ha alquilado casa a nadie porque no se ha desembolsado un centavo para estas viviendas, pero la gente está confiada y espera en la promesa del presidente Leonel Fernández», expresó el padre César Filpo, párroco de la Iglesia San Isidro de Canca La Piedra.
El religioso dijo que debido a la tardanza de las autoridades en rentar las viviendas, apenas 78 de las 370 familias están refugiadas en el multiuso, y señaló que muchas están alojadas en casas de familiares y vecinos.
«Pero como aquí hay suficientes alimentos que suministran los comedores económicos, durante el día muchos afectados vienen a comer y pasan el día aquí y luego se van a dormir con sus parientes», agregó el padre Filpo, quien afirmó que en el refugio duermen 200 personas de un total de 2,800.
Para el anciano Rafael Luna, su mayor deseo es vivir en su propia casa, ya que vio desaparecer la suya producto de los derrumbes en Carlos Díaz.
Manifestó que aunque se siente bien en el multiuso, con el trato y las atenciones como damnificado, su tranquilidad solo volverá cuando tenga un techo igual o mejor que aquel perdido en su comunidad.
«Yo espero que el gobierno me alquile la casa y luego nos construya la nuestra en otro lugar, porque en Carlos Díaz ya dicen que no se puede vivir», sostuvo Mónica Cruz.