Cuarenta y cinco años después de paso por territorio dominicano del huracán David, alrededor de 300 familias aún permanecen en casuchas destartaladas y podridas por la carcoma y el tiempo, en Canta La Rana y Los Barracones, en el municipio Los Alcarrizos, en Santo Domingo.
Este 31 de agosto se cumplen 45 años del azote de este fenómeno, que con furia asoló todo el territorio nacional, destruyó plantaciones agrícolas, derribó viviendas y provocó la muerte de decenas de personas.
Tanto en Canta La Rana como en Los Barracones quedan damnificados, que se desenvuelven en medio de la pobreza extrema, enfermos, sin fuentes de trabajo, por lo que muchos viven por la solidaridad de los vecinos.
Como es natural, la insalubridad en esos lugares es una amenaza permanente, sobre todo, que no existen sistemas sanitarios adecuados, lo que hace que algunos hagan sus necesidades en hoyos dentro y fuera de las maltrechas viviendas, otros en fundas que luego lanzan en verteros casi siempre detrás de las viviendas.
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Dolores Cuevas, presidenta de la junta de vecinos Alfa y Omega, en Canta La Rana, narró que 200 familias todavía habitan en los barracones que fueron construidos hace 45 años, con la promesa de que en seis meses serían trasladadas a lugares seguros.
Deploró que el país ha sido gobernado por cuatro presidentes luego del huracán, pero que ninguno ha actuado para solucionar el problema a los damnificados.
A pesar de que fueron construidos apartamentos para los afectados, la mayoría fueron a parar a manos de allegados a los gobernantes de turnos, precisó.
Solicitó al presidente Luis Abinader que disponga la intervención de los barracones, con madera nueva o concretos, que los dote con sanitarios adecuados y ayude a esas familias, a través de los programas de asistencia social.
Beatriz Báez nació en uno de los barracones. Ya sus padres fallecieron, pero, a pesar de las calamidades, no ha sido favorecida, aunque fue inscrita para un apartamento cuando se construyeron los proyectos en el primer gobierno de Leonel Fernández.
Dijo que al momento de entrega fue dejada fuera de la lista de beneficiarios.
En el barracón parió siete hijos y cuenta ya con 20 nietos y dos bisnietos en medio de la insalubridad que rodea el lugar, pero no pierde la esperanza de ser auxiliada por el Gobierno.
Belkis Jiménez, presidenta de la junta de vecinos Los Barracones, estima que alrededor de 90 familias todavía esperan el auxilio de las autoridades, debido a que cu ando llueve mucho, tienen que abandonar sus casuchas.
La dirigente comunitaria sugirió al Gobierno, auxiliar de una vez y por todas, a los damnificados del huracán David.