Damnificados en campamentos haitianos indignados ante amenaza de expulsión

<P>Damnificados en campamentos haitianos indignados ante amenaza de expulsión</P>

Puerto Príncipe.- Más de ocho meses después del violento sismo que provocó unas 230.000 muertes y dejó en la calle a 1,3 millones de personas, miles de haitianos podrían ser expulsados de sus campamentos en plena temporada de lluvias, cuando tormentas intermitentes azotan la isla caribeña.

Las autoridades intentan evacuar varios de los 1.300 campamentos de los sin techo más amenazados por las tormentas, y algunos de los propietarios de los terrenos en los que se erigen estos campamentos improvisados amenazan con expulsar a los damnificados para volver a utilizar sus terrenos.

«Exigimos campamentos más seguros y duraderos que estos plásticos rotos que ya no resisten a las ráfagas de viento y a la lluvia», afirma Fefe, un haitiano de unos 40 años que manifestó el lunes, como otros 200 damnificados, ante las rejas del palacio presidencial, que sigue en ruinas tras el terremoto.

«Estamos cansados de vivir en estas condiciones, aislados en un desierto, sin hospital, sin escuelas para nuestros hijos», denuncia Fefe, quien lidera un grupo de personas sin techo formado con habitantes de diferentes campamentos.

«Soy viudo y perdí a mis dos hijos en el sismo, pero sigo luchando por mí y por mi madre», relató. La ira crece a medida que violentas tormentas azotan el país desde el comienzo de esta semana y por varios días más, según los pronósticos, como ocurre desde el inicio de la estación de lluvias, en mayo. El lunes, las autoridades dieron un alerta naranja para advertir a la población de la probabilidad de fuertes lluvias en algunas zonas inundables.

E incluso si no se prevé que golpeen Haití de lleno, los huracanes Julia e Igor cruzan el océano Atlántico hacia el Golfo de México. «Nuestra lucha no se va a detener hoy.

Estamos determinados a marchar en las calles todos los días para denunciar a estas organizaciones no gubernamentales que no hacen nada aquí», afirma Elvire Constant, de 39 años, responsable del comité de un campamento que alberga a 2.500 familias afectadas. «Las ONG están en Haití desde hace más de ocho meses; nos cuesta ver lo que hicieron», declara una mujer joven.

«¿Cuándo vamos a salir de esta situación?», pregunta señalando el conglomerado de tiendas donde vive desde hace varios meses. Como muchos campamentos, éste fue erigido sobre una propiedad privada cuyo dueño quisiera recuperar, expulsando a quienes lo ocupan. Un experto independiente de la ONU en misión de evaluación de los derechos humanos en Haití, el francés Michel Forst, visitó uno de los 1.300 campamentos y deploró las condiciones en las que viven sus habitantes.

«Pido una nueva moratoria sobre las expulsiones forzadas de desplazados en los campamentos instalados sobre terrenos privados. Al menos hasta que una estrategia nacional sea implementada por el gobierno de Haití», advirtió Michel Forst. Ocho meses después del sismo, las avenidas de la capital todavía están repletas de escombros cuya remoción llevaría una década, estiman expertos. Para los haitianos, «nada fue reconstruido». «Quién sabe cuándo vamos a salir de aquí para regresar a una vida normal», se pregunta Jolicoeur, quien halló refugio en un centro deportivo.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas