Damnificados fuego siguen desamparados

Damnificados fuego siguen desamparados

POR ENRIQUE GONZÁLEZ
Un mes y medio después del incendio que arrasó diez viviendas de la calle Pimentel, en el sector San Carlos, la mayoría de sus habitantes siguen desalojados. Sólo dos vecinos han reparado sus casas para volver a vivir en ellas. El resto continúan en casas de familiares o amigos.

Ernesto Leroux ha sido el primero en acondicionar de nuevo su domicilio, cuya fachada sigue ennegrecida a causa de las llamas. El inmueble está ocupado únicamente por una cama cedida por el Estado, la única ayuda que han recibido desde que el pasado 19 de febrero un incendio destruyera todas sus pertenencias. “Allí perdimos todo, yo me quedé sólo con unas chancletas y un pantalón”, explica enfrente de su casa de madera inclinada y carcomida.

Sólo él, de las 30 personas afectadas, habita su domicilio. Su vecina volverá probablemente “en uno o dos días”, según estima Leroux. El fuego lo dejó sin ninguna pertenencia y ahora sólo una cama y una vieja silla ocupan su vivienda de escasos metros. “Tengo una cama y me voy a hacer una mesa, igual que la vecina”, asegura.

El resto de las familias que antes vivían en la zona afectada, continúan hospedados en casas de familiares o amigos, pendientes de su futuro. Algunos han decidido irse definitivamente de sus moradas, pero otros, como Leroux, reivindican su derecho a habitar esos domicilios. “Nosotros estabamos para que nos desalojaran, pero yo considero que mientras pague no lo estoy”, reclama dentro de su casa, renovada con varios maderos pintados.

El responsable de las viviendas les ha ofrecido en reiteradas ocasiones una compensación económica para que abandonen las casas. Sin embargo, algunos vecinos como Leroux lo rechazan. “Yo tengo aquí más de 30 años y quiero seguir”, asegura.

ESCOMBROS CONTINÚAN

Los restos de madera y hierro de las viviendas destruidas en el incendio del pasado 19 de febrero no han sido retirados todavía. “No ha venido nadie, ni el Ayuntamiento ni nadie”, explica Leroux, añadiendo que “eso, ahí, es malo para la gente”.

Ningún servicio del Ayuntamiento ha procedido a recoger la montaña de escombro compuesta por los restos de las pertenencias de quienes habitaron las casas, a pesar de las enfermedades y suciedad que pueden generar.

El fuego se originó poco antes de las once de la mañana del domingo 19 de febrero en una cafetería, y se propagó a las casas colindantes. La rápida reacción de los vecinos del barrio y la llegada de los bomberos evitaron que las casas incendiadas se vinieran completamente abajo. Según los bomberos, la causa del incendio fue un cortocircuito.

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