POR  JUAN MARIA RAMIREZ
A dos días del fuego que provocó la muerte de dos hermanos y la destrucción de 25 viviendas de la cuartería La Embajada, Villa Nazaret, en Bayona,  municipio Santo Domingo Oeste,  las autoridades no han hecho un levantamiento en el lugar para determinar la ayuda que necesitan los damnificados. Sin embargo, a los afectados por el siniestro que devoró a los hermanos José Manuel Mejía, de 7 años de edad y a Emilio Mejía, de 9, no les ha faltado la solidaridad de los vecinos, las iglesias y las organizaciones comunitarias de la zona.

Las familias, que apenas quedaron con lo poco que llevaban encima, fueron llevadas ayer al salón multiuso de Villa Nazaret, por miembros de las juntas de vecinos del lugar, ya que el local fue levantado por la comunidad.

En ese lugar los necesitados reciben los alimentos y los vestidos que recolectan las iglesias y los vecinos en colmados y otros negocios, mientras esperan la repuesta definitiva del gobierno.

Los afectados, en su mayoría de procedencia haitiana, solicitaron de las autoridades ayuda material para poder seguir viviendo como Dios manda y no en las condiciones en que se encuentran.

La única ayuda que han recibido los damnificados ha sido raciones alimenticias, mosquiteros y linternas por parte Luis Acosta Moreta,  director general de Desarrollo de la Comunidad (DGDC) y de la Gobernación de la provincia.

Maritza Mejía Castellanos, madre de los niños fallecidos y de otros 6, confía en que el gobierno la protegerá, ya que no tiene cómo seguir manteniendo a su familia.

Explicó que pagaba la “casita” donde vivía y mantenía a sus hijos lavando y planchando en casas de familia, por lo que salía por la mañana y regresaba en la noche, en la mayoría de las veces.

Manifestó que a su hija Laura, de 6 años de edad, quien sobrevivió al fuego junto a su hermano Daniel, de 5,  hubo que someterla a un tratamiento médico, debido a que quedó traumatizada por la tragedia, mientras que al segundo no se le quita el miedo.

Con un poco más de calma, Mejía Castellanos explicó a HOY que pudo salvar la vida de los dos pequeños, porque los lanzó hacia afuera sin importar dónde cayeran, en medio del humo, ya que el fuego los atrapó mientras dormían.

En la casa de su madre, donde se encuentra luego de la tragedia, Mejía Castellanos expresó que hizo todo el esfuerzo posible por salvar a los dos que perdieron la vida, pero que cuando pensó que estaban fuera, ya ardían debajo del camarote donde creyeron que estaban seguros.

Victoriano Capellán, de la junta de vecinos de Villa Nazaret, dijo que no abandonarán a los damnificados hasta tanto el gobierno cumpla con su deber de ofrecerles protección.

Propuso a las autoridades reubicar a los desamparados en un lugar seguro, ya sea a través del Instituto Nacional de la Vivienda (INVI) u otras entidades estatales del área social.

De su lado, Virgilio Montero, propietario de la cuartería, dijo que de la renta de las viviendas era que mantenía a su familia, así como a los hijos de otro hermano que murió haces tres meses.

Reclamó de las autoridades que le ayuden a levantar nuevamente las viviendas, ya que han quedado “en medio del mundo” sin alternativas para continuar viviendo.

Aprovechó para responsabilizar del fuego a un haitiano identificado como Manuel, de quien hasta anoche la Policía no tenía información ya que huyó del lugar tan pronto ocurrió la tragedia.

Maura Vidal, quien hacía frontera con la cuartería, demandó del ayuntamiento de Santo Domingo Oeste, la Corporación de Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD) y Salud Pública, que acudan a limpiar y fumigar el área antes que surjan enfermedades.

Señaló que desde que ocurrió el fuego las tuberías están rotas y no ha habido forma de que la CAASD vaya al lugar a corregir las averías, mientras los niños se pasean por los escombros.