Al cumplirse 20 días de que más de 40 familias perdieron sus casas en el barrio San Miguel, del Ingenio Abajo, apelaron al alcalde Abel Martínez y a la gobernadora Aura Toribio para que vayan en su auxilio porque están, prácticamente viviendo a la intemperie.
Dijeron que de la gobernadora solo recibieron fundas de comida y colchones que envió con uno de sus asistentes, sin percatarse ni siquiera de que están viviendo en forma de campamento, sin higiene.
Los desplazados de las calles El Malecón y El Mesón pidieron la colaboración de gente generosa, para que les lleve comida, ropa y otros artículos que quizás no estén usando en la casa.
Rosalba Rivas, encargada de cocinar en el campamento, indicó que han sobrevivido a la adversidad gracias al Programa Niños con una Esperanza, que les facilitó una Lona, una estufa móvil y una especie de despensa para que guarden en un lugar seguro los alimentos, y un columpio para los niños, hasta que estén en el campamento.
“Vamos a llenar de alimentos esa despensa; son más de 80 personas entre niños, adultos y ancianos que necesitan de nosotros. No tenemos muchas cosas, pero para facilitarle la vida a estas personas, hemos dispuesto un camión que funciona como una despensa. Es solo ofreciendo la mano, un trato digno”, dijo el pastor Pablo Ureña, presidente del programa Niños con una Esperanza,.
Imploró al Gobierno que haga una inspección general sobre lo que pasa en el vertedero de Rafey, porque la humareda tiene locos a los vecinos.