A cinco días de haber perdido sus casas, cuatro familias continuaban ayer a la intemperie en el barrio capitalino de La Ciénaga, a la espera de que el Instituto Nacional de la Vivienda, la secretaría de Interior y Policía y el Ayuntamiento acudan en su ayuda.
Entre los damnificados hay ocho niños que no asisten a la escuela porque quedaron sin uniformes y sin útiles escolares, y ahora viven refugiados en casas de familiares y vecinos.
Ayer los damnificados seguían en casas de vecinos y amigos, con apenas las ropas que tenían puestas al momento de estallar el incendio que destruyó por completo sus viviendas.
Los afectados están encabezados por Rafael Antonio Tejada, Amarilis Rosario, con cuatro niños, Rosita Peralta, con dos, Teresa Colá, quien sufrió quemadura en un brazo, Dulce Milagros del Rosario y Nancy Yanet Alcántara, con una pierna rota y cuatro hijos, quienes viven gracias a la solidaridad de los vecinos.
El siniestro ocurrió el sábado en la calle Respaldo 9, cuando una de las familias se disponía a instalar un cilindro de gas licuado de petróleo en la cocina y estalló en llamas.
Ya algunos de los afectados han tenido que salir de las casas de los vecinos donde se refugiaron, por lo que ayer no sabían adónde iban a pasar la anoche.
Los damnificados todavía confían en que el Instituto Nacional de la Vivienda (INVI), el Ayuntamiento del Distrito Nacional, la secretaría de Interior y Policía o la Dirección General de Desarrollo de la Comunidad (DGDC) acudirán en su auxilio.
Ayer pasaron el día observando los escombros que quedaron de lo que hasta el pasado sábado fueron sus viviendas, a la espera de la llegada de alguna autoridad del Estado.
Pendiente. A casi un año de que otro incendio provocara la destrucción de dos viviendas y la muerte de dos niños en el sector La Zurza, los dos ancianos que perdieron su vivienda se cobijan con el cielo.
Hasta ahora ninguna autoridad ha acudido en su ayuda.
Se trata de Pedro Santana y Leonardo Ferreira, de 80 y 82 años de edad respectivamente.
Los dos ancianos lograron salvar sus vidas gracias a que sus vecinos rompieron la puerta de la vivienda oncendiada y pudieron rescatarlos la noche del 6 de diciembre del año pasado, cuando ocurrió el incendio en lo alto de La Zurza, casi al frente al Destacamento Zurza II de la Policía Nacional.
Los ancianos Santana y Ferreira sobreviven en La Zurza porque los vecinos se conduelen de su situación y uno que otro le pasa un bocado de vez en cuando.
Santana y Ferreira se mantenían de su trabajo en el Mercado Nuevo de la avenida Duarte, en Villas Agrícolas, pero ya no pueden valerse.
Luego del hecho se le preguntó sobre el caso al doctor Roberto Lamarche, director del Programa de Protección a Víctimas de la Violencia, de la secretaría de Interior y Policía, quien respondió que desconocía de la tragedia, pero invitó a los afectados a comunicarse con él para evaluar la situación.
Ayuda para ancianos. Julián Mosquea, de la Red de Promotores de la Salud, siempre está atento a los ancianos y cuando puede gestiona algunos medicamentos para estos, que no procrearon hijos.
El dirigente comunitario solicitó a la secretaría de Interior y Policía, al Plan Social de la Presidencia y al Despacho de la Primera Dama que acudan en auxilio de los hermanos desvalidos de La Zurza.
Los dos niños que murieron durante el incendio fueron los hermanos Hansen y Estil, de tres y siete años, quienes dormían junto a otros siete niños cuando ocurrió el siniestro.
Se informó que la madre de los niños sí recibió ayuda del gobierno.
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A la espera
A la secretaría de Interior y Policía, al Instituto Nacional de la Vivienda (INVI), a la Oficina para el Desarrollo de la Comunidad (ODC) y al Ayuntamiento del Distrito Nacional, los esperan desde el sábado en La Ciénega y desde diciembre del año pasado en la Zurza.
Hay recursos
En la secretaría de Interior y Policía existe un departamento con recursos para atender casos de emergencia, como los señalados, sobre todo donde funciona el programa Barrio Seguro, como es el caso de los sectores mencionados.
La protección
De acuerdo a la Constitución de la República, el Estado debe proteger a todos los dominicanos.