POR SANTIAGO GONZALEZ
SANTIAGO.- Familias afectadas por las recientes lluvias en esta ciudad clamaron ayer con vehemencia por ayuda, por las condiciones infrahumanas en las que se encuentran ya que sus casas permanecen llenas de lodo, agua sucia y sin ajuares.

En las casuchas de madera, cartón y zinc inundadas, se observaban las aguas del Arroyo de Gurabo que todavía salen de ellas, arrastran un fino lodo y dejan basura y latas viejas.

Son unas 30,000 familiares que residen en los sectores de El Hoyo de Bartola, Gurabito y Rafey, entre otros, algunas de las cuales dijeron que «estamos esperando que alguien ayude a uno».

Expresaron que cientos de hogares están ahogados en lodo, que se les perdió todo y que no tienen camas donde conciliar el sueño.

Teodoro Ramos, desempleado, dijo que no tienen nada y que esperan la ayuda oficial desde el pasado jueves, cuando llovió copiosamente sobre esta ciudad y se registraron las inundaciones.

«Por ahí se fue todo. No nos queda nada y ese arroyo partió por ahí. Mire, eso no lo habíamos visto nunca, hasta un muro de protección que le pusieron se fue con todo y aquí quedamos los cabezudos», expresó Vicente Báez.

Entre tanto, los niños, muchos sin camisas, barrigones y con rostros de inocencia, jugaban y se reían en medio del drama familiar, sin entender la desgracia.

«Nosotros estamos esperando ayuda. Mire como tenemos los pies, podridos. A los muchachitos no se les quitan las fiebres y hay una rasquiña que debe ser una epidemia, con picazón», dijo llorosa la señora Paula Martínez.

Se quejó de que empleados de la Cruz Roja y la Defensa Civil acuden al lugar, los inscriben en una lista, que luego han esperado y no les dan respuestas.

«Bueno, pero unos gringos de una iglesia si estuvieron por aquí y ellos son los únicos que vienen cuando viene el río», agregó.

De acuerdo a los vecinos del Hoyo de Puchula, en la zona han lanzado materiales que contribuyen con las inundaciones cada vez que llueve.

Humberto Sánchez dijo que hay personas que llevan días sin comer, debido a que se les dañaron las estufas o perdieron los tanques de gas.