SANTIAGO.- Las 96 familias damnificadas por los estragos causados en Santiago por el río Yaque cumplen ocho meses enclaustradas, viviendo debajo del puente Hermanos Patiño sin ninguna esperanza inmediata de lograr una reubicación y una forma de vida más organizada.

Desde noviembre del año pasado cuando se produjo la riada por los intensos aguceros de principios de invierno, ninguna autoridad se acercó a los damnificados, todos desalojados de la ribera del río Yaque.

Sin embargo, en la campaña política funcionarios que promovían la reelección del presidente Hipólito Mejía confeccionaron listados con los nombres de las personas que conviven al aire libre debajo del puente, prometieron reubicarlas, pero nunca cumplieron las promesas.

En principios las familias desamparadas eran 51, pero aumentaron a medida que el río destruyó sus viviendas, dijo Octavio Antonio Guzmán portavoz de los damnificados.

Agregó que entre las familias hay niños enfermos, la mayoría viven en condiciones estrechas y carentes de los servicios básicos. La mayoría se observan semi-desnudos, hambrientos, cobijados por la indiferencia y el abandono.

Entre los que perdieron sus viviendas con las inundaciones, la paciencia tiene más poder que la ira que, muchas veces, rebosa la paciencia de autoridades apáticas, inhumanas y desconocedoras de la solidaridad y el compromiso social.

Las familias alojadas debajo del puente son más, porque parientes de los damnificados se han mudado, no por solidaridad, sino buscando las ventajas que siempre surgen en estos casos, informaron hombres y mujeres que viven debajo del puente colgante.

Todas las familias viven en condiciones inhumanas. Duermen en el piso como si fuera en un moderno hotel, pero alojados en casuchas techadas con materiales sintéticos, pedazos de zinc y cartones.

En este drama llevan más de tres meses, pero ninguna autoridad de la provincia se ha acercado para buscar una salida a este problema social.

«Por aquí las autoridades tienen mucho que no pasan. Hasta ahora hemos recibido la ayuda de una compañía privada que nos prestó los baños improvisados que tenemos aquí» expresó por su parte Heriberto Carela, otro de los que viven debajo del puente.

Por su parte, Antonia Martínez, una damnificada de 73 años, que perdió su vivienda a orilla del río Yaque, se quejó del gobernador Ramón Gómez, del que dijo, no se ha preocupado en absoluto por el caso de las familias alojadas debajo del puente Hermanos Patiño.

Todos reclaman que al presidente Hipólito Mejía antes del traspaso de mando disponga el traslado de estas familias y alegan que las autoridades tienen la lista oficial de los que perdieron sus viviendas tras las inundaciones.