Damnificados viven penurias y se sienten desamparados

Damnificados viven penurias y se sienten desamparados

SANTIAGO.- Varios miembros de las 600 familias damnificadas por las inundaciones de fines de mes pasado relataron las penurias por las que atraviesan y dijeron que se sienten abandonados por las autoridades gubernamentales.

En un recorrido de periodistas de HOY por dos de los sectores afectados, pudo establecerse que muchos de ellos todavía siguen sacando lodo y escombros del interior de sus viviendas para tratar de volver a habitarlas junto a los suyos.

Miguel Vargas, nativo del municipio de Jánico, quien junto a unas 80 familias perdió su vivienda en la rivera del Yaque del Norte por las inmediaciones de Bella Vista, dijo que está pasando malos momentos con su familia, porque no encuentra trabajo y lo poco que consigue tienen que compartirlo.

«Estoy arrimado donde unos vecinos en la calle Eugenio Perdomo, pero tarde o temprano tendré que volver a este lugar, porque no tengo condiciones para comprar un terreno o alquilar una casa», dijo Vargas.

Indicó que muchos de los niños y adultos se han enfermado por el hacinamiento en que viven e identificó a Elena del Carmen Valerio como una afectada del dengue clásico.

Actualmente, la fiebre, gripe y los problemas de respiración y gastro¬enteritis, son las enfermedades más comunes entre los damnificados.

Miledys Cruz dijo que la Defensa Civil se limitó a inscribir en un cuaderno a los damnificados, pero que sus representantes jamás han vuelto por ese lugar.

«Las ayudas que trajo Corporán (Rafael) y algunas instituciones del gobierno, se las distribuyeron en el reparto Peralta y en el Cerro de Papatín, mientras que los verdaderos afectados no recibimos nada», expresó Cruz.

El obrero de la construcción, Félix Antonio Caraballo, de Tamboril, dijo que a orillas del Yaque ha pasado por toda clase de inundaciones durante 18 años y que solo está a la espera de poder levantar de nuevo su casita.

De su lado, los esposos Apolinar Martínez y María Díaz, de Rafey, otra de las zonas fuertemente afectadas con las inundaciones, dijeron que han sido abandonados a su suerte.

«Aquí, los políticos de turno se encargaron de manejar las ayudas y solamente nos entregaron dos colchoncitos y medicinas de la Policía. Más nada», dijo Martínez, apoyado por su esposa, quienes tienen cuatro hijos y camino a cinco, ya que la señora está al dar a luz.

El pasado domingo, la filial de la Cruz Roja realizó dos operativos de distribución de alimentos y agua purificada a cientos de los damnificados de esta ciudad y de Montecristi. Mientras tanto, ya se han reportado más de medio centenar de niños y adultos que han contraído enfermedades de la piel, procesos infecciosos, gripales, fiebre, gastroenteritis y el dengue clásico.

Entre los sectores donde se han descubierto las enfermedades están los hoyos de, Puchulo, Bartola, Cañada del Diablo, Rafey, Villa Esperanza, barrio los Santos y Bella Vista en la margen izquierda del río Yaque del Norte.

Nueve días después de las inundaciones que afectaron a varios sectores paupérrimos locales, varias personas siguen sacando lodo de sus casas para volver a ocuparlas.

La profesora Mercedes Torres, presidenta de la junta de vecinos San Gabriel se quejó de la poca ayuda que han recibido de parte del gobierno, indicando que muchas veces los alimentos y otras donaciones se los entregan a personas que no son damnificadas.

Las familias que perdieron sus casas con todos los ajuares se han alojado donde vecinos, familiares y amigos, mientras que otros han alquilado piezas en las inmediaciones.

En el hoyo de Bartola varias familias se encuentran ocupando un colegio, donde permanecen en condiciones antihigiénicas.

Otros barrios donde las inundaciones provocadas por los ríos Gurabo y Yaque del Norte ocasionaron grandes daños a cientos de casas y casuchas, fueron el hoyo de Puchulo, Rafey, Bella Vista, específicamente debajo del puente hermanos Patiño, Ingenio Abajo, barrio los Santos, Villa Esperanza y Gurabo.

Aunque la Defensa Civil prometió dar un informe final sobre las inundaciones en esta ciudad, no lo ha hecho, pero la Cruz Roja confirmó que son unas 600 familias las afectadas por las inundaciones.

Las autoridades gubernamentales encabezadas por el gobernador provincial, Ramón Gómez, advirtieron que no permitirán nuevas construcciones en las zonas inundadas y que no buscarán lugares para reubicar a los damnificados.

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