Hoy 
POR NARCISO PÉREZ
VILLA TRINA, Espaillat.- La junta de vecinos de La Encantada y la Asociación de Madres dieron anoche dos días a propietarios de fincas agrícolas para que despidan a los haitianos que emplean y los saquen de la comunidad.
Adviertieron que de lo contrario lo harán ellos aunque tengan que utilizar la violencia.
Una asamblea de dirigentes comunitarios se hizo anoche tras producirse un conflicto entre haitianos y dominicanos, luego que fuera asaltado y asesinado a machetazos el prestamista Apolinar López Rodríguez. Tras el crimen de López Rodríguez un haitiano fue también asesinado cuando trató de huir de una turba que lo atacó cerca del lugar donde fue asesinado el prestamista.
Luego del crimen de López Rodríguez las autoridades policiales detuvieron a siete haitianos a los que acusaron del asesinato de López Rodríguez. Fueron remitidos ayer a la fiscalía para se enviados ante los tribunales.
En otros incidentes otros haitianos fueron perseguidos por multitudes que los culpaban de la violencia y alrededor de 30 resultaron con heridas.
En la asamblea de los grupos que se hizo en el centro comunal de La Encantada asistieron autoridades policiales, de la fiscalía de Moca, militares, del Departamento Nacional de Investigaciones (DNI), la gobernación provincial, funcionarios de la dirección de Migración y organismos de inteligencia militares.
Nelson Rafael Germán y Filomena Gómez, en nombre de las organizaciones comunitarias, afirmaron que los moradores de este distrito municipal no quieren más haitianos ni en las fincas agrícolas ni en las secciones rurales.
«A esto tiene que buscársele una solución definitiva para evitar más derramamientos de sangre entre haitianos y dominicanos», dijo Germán.
El presidente de la junta de vecinos de La Encantada indicó que la decisión generalizada de los residentes es que no se permitan más haitianos.
Durante la reunión, los dirigentes comunitarios emplazaron a los dueños de fincas Hugo González, Darío Henríquez, Esteban Jiménez y Bojote Jiménez para que saquen a los haitianos que tienen trabajando en fincas y granjas localizadas en Villa Trina, Los Rincones, El Catey y Catarey.
EL ARZOBISPO
Anoche, monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio, arzobispo de Santiago, pidió que se restablezca la concordia entre haitianos y dominicanos y se evite la violencia antes que estos hechos vayan creando rencores y residuos que pueden hacernos mucho daño.
De la Rosa y Carpio, quien es también presidente de la Conferencia del Episcopado Dominicano, pidió a los haitianos que «nos ayuden a restablecer la concordia con los dominicanos y que se controlen, de la misma manera que deben hacerlo los dominicanos. Recordemos que la paz es la que nos ayuda».
MIGRACIÓN
El director de Migración en Espaillat, Carlos Raúl Jiménez, garantizó que las brigadas permanecerán en la zona para repatriar a los extranjeros que estén ilegalmente en el país.
«La comunidad puede contar con nosotros, ya que estamos aquí para evitar más muertes por el impasse surgido con los haitianos», dijo Jiménez.
Informó que de 200 haitianos que residían en Catarey, donde ocurrió la muerte de López Rodríguez, solo pudieron detener a 30, ya que los demás huyeron.
Los familiares de López Rodríguez asistieron a la reunión y se mantuvieron casi siempre llorando. Entre los asistentes estaban sus seis hijos.
La Policía local informó anoche que aún no hace detenciones con relación al asesinato del haitiano.
La principal actividad económica de esta comunidad es el cultivo de café y frutos menores.
Luego del crimen de López Rodríguez una turba quemó más de 30 casuchas y un local en la finca educativa de la Asociación de Caficultores donde haitianos tenían colmados y otras tiendas, salones de belleza y otro tipo de negocios.
