Dando es que recibimos

Dando es que recibimos

ANTONIO PEÑA MIRABAL
Hay que llegar hasta los hogares afectados por la tormenta Noel y observar los rostros impotentes de hombres y mujeres que vieron perder seres queridos, pertenencias materiales, pero sobretodo, ven mutilada la esperanza de un porvenir venturoso, en una época del año en que se sobrentiende que todo debe ser alegría, fiesta y concordia.

La naturaleza dejó sentir su libre determinación y quienes menos pueden fueron los que más sintieron su furia. Gobiernos irresponsables han permitido por años que los cauces de los ríos sean ocupados por humildes familias, que en búsqueda de la sobrevivencia dejaron el campo y han llegado a las ciudades a formar cordones de miseria y ocupar cuanto terreno baldío estatal exista, sin importar las consecuencias, porque de lo que se trata es de sobrevivir.

A estos hermanos dominicanos que les ha tocado atravesar por esta desgracia, hay que extenderle la mano solidaria. Olvidémonos si tienen culpas o no de vivir a orillas de ríos y cañadas, si han actuado con irresponsabilidad al ocupar esos lugares, si les ha faltado voluntad por superarse, si han malgastado en bebidas y vicios lo poco que consiguen, si son de mi partido o no, es hora de extenderle el brazo solidario, porque en definitiva son consecuencias y no causas de una sociedad que a la hora de equilibrar la distribución de la riqueza, es injusta con ellos. Nadie elige nacer en la pobreza, no son muchos los que desarrollan capacidades para quitársela de encima, seamos solidarios, es lo menos que podemos hacer por ellos.

El gobierno que preside el doctor Leonel Fernández Reyna acaba de anunciar, a través del secretario Administrativo de la Presidencia, la suspensión de las bebentinas y fiestas que la costumbre ha impuesto en el mes de diciembre. Ese es un gesto que enaltece al presidente Fernández y que muestra su grado de sensibilidad por los pobres del país. Esa decisión debería ser imitada por el empresariado nacional y determinar que cientos de millones de pesos que se consumen en esas fiestas, sean destinados para ayudar a nuestros hermanos afectados por la tormenta Noel. El propio Gobierno debería utilizar los fondos que se destinarían a esas fiestas, para continuar apoyando la recuperación de esas familias. Hay que tratar de retornarles a esas familias todo lo material que hayan perdido, para de esta forma paliar un poco el trauma que les embarga. Si hay voluntad y decisión del empresariado y el Gobierno, esta es una meta alcanzable y con ella estaremos retornándole un poco de la esperanza y felicidad arrebatada por Noel.

Empleados públicos y privados también pueden expresar su solidaridad con los afectado por este fenómeno de la naturaleza. En el mes de diciembre se le entrega a cada empleado un salario adicional al normal, el cual se conoce como Regalía Pascual o salario 13. Hay empresas e instancias del Gobierno que aprovechan este mes y hacen donaciones a sus empleados por encima del salario No. 13, lo que significa que todo el que recibe un salario fijo mensual, en diciembre recibirá por lo menos un pago adicional. ¿Qué perdemos si dedicamos una porción de ese pago adicional para llevar aliento y esperanza a los afectados por Noel? Esos hermanos nuestros que acaban de perderlo todo, esperan por nuestra solidaridad en este mes tan especial donde la esperanza se renueva y los sueños para el próximo año se construyen.

Sabemos que esta es una sociedad que en su conjunto no promueve la solidaridad. Esto no debe petrificarnos y hacernos los ciegos ante la realidad por la que atraviesan miles de nuestros hermanos. Dicen los chinos que una caminata de mil kilómetros comienza con el primer paso. Decidirse a ser solidarios con los que menos pueden es una opción que nos lleva a encontrarnos con valores y principios enarbolados por quienes durante todo el transcurso de la historia se han engrandecido por su entrega a las nobles causas. Entreguemos un poco, solo un poco, de lo que recibiremos en este diciembre, un hermano nuestro nos espera, confía en que no le abandonemos en estos tristes momentos por el que atraviesa. Bien lo dijo San Francisco de Asís, «sólo dando es que aprendemos a recibir», o como tantas veces repitió el maestro Bosch: «El que no vive para servir, no sirve para vivir». Expresemos nuestra solidaridad en estos momentos cruciales por el que atraviesa el país, no seas indiferente; hoy por tí, mañana por

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