Daniel Ortega olvida protestas y festeja 39 años de revolución

Daniel Ortega olvida protestas y festeja 39 años de revolución

El presidente nicaragüense Daniel Ortega llega a la plaza Juan Pablo II para celebrar el 39 aniversario de la revolución sandinista en Managua, Nicaragua, el jueves 19 de julio de 2018. (AP Foto/Alfredo Zuniga)

El presidente de nicaragüense Daniel Ortega acusó el jueves a la Conferencia Episcopal de su país de ser parte de un golpe de Estado en contra de su gobierno durante un acto masivo al cumplirse el 39 aniversario de la revolución que derrocó a la dictadura de Somoza en medio de la más profunda crisis política que le ha tocado enfrentar en la última década.
Frente una plaza ocupada por miles de sus seguidores, el mandatario de 72 años aseguró que fuerzas adversas a su administración financiadas por agencias norteamericanas se confabularon con el obispado nicaragüense para sacarlo del gobierno.
Desde hace tres meses este país centroamericano ha sido escenario de una ola de protestas reprimidas con violencia que han dejado más de 250 muertos y han supuesto para el exguerrillero y actual presidente comparaciones con la tiranía de la familia Somoza. Ortega regresó al poder en 2007 después de tres derrotas electorales consecutivas. La crisis que enfrenta se detonó el 18 de abril tras una fallida reforma al seguro social que tras la muerte de manifestantes derivó en la demanda de su salida anticipada del poder.
«Me dolió que mis señores Obispos tuvieran esa posición de golpistas, se descalificaron entonces como mediadores», sostuvo el gobernante, dando por muerto el diálogo con el que buscaba superar la crisis.
El obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, monseñor Silvio Báez, uno de los más fuertes críticos del gobierno de Ortega, reaccionó al discurso a través de su cuenta de Twitter. «La Iglesia no sufre por ser calumniada y perseguida. Sufre por quienes han sido asesinados, por las familias que lloran, por los detenidos injustamente y por quienes huyen de la represión. Rezamos y estaremos a su lado siempre, en el nombre de Jesús».
Sin embargo, no todos los nicaragüenses son sus detractores. «La revolución está más viva que nunca», dijo a The Associated Press Arelia Membreño, habitante del barrio Laureles Sur, quien afirmó que a pesar de los errores Ortega ha hecho un gobierno para los pobres. «A mí me dieron crédito, becas para una hija y la calle que antes era de tierra frente a mi casa hoy es de pavimento, por eso lo apoyo», afirmó la comerciante de 32 años.
Su respaldo contrasta con el rechazo a Ortega de los últimos tres meses que se ha manifestado en las calles de Nicaragua con enormes concentraciones y marchas, bloqueos viales y una gran presión interna e internacional.

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