Danilo 60% salud 5 por ciento

Danilo 60% salud 5 por ciento

Por fin pasaron las elecciones. Preguntarse que con qué criterio votaron los ciudadanos y cómo se contaron los votos, hoy ya no cuenta. Que si las elecciones fueron legítimas o no, tampoco cuenta después de haber sido felicitado hasta por los chinos de Bonao.
El presidente logró su objetivo del 60% sin mucha deuda política y la deuda económica la tiene solo con el pueblo que fue quien pagó por la campaña. Ahora, la vida vuelve a la rutina y para dar un ejemplo, él rápidamente retornó a sus visitas sorpresa. Y como estos cuatro años serán sus últimos como presidente, esperemos que los pase haciendo cosas que nunca se han hecho y que no los pase resolviendo problemitas que en un corto tiempo no tendrán ninguna importancia. Esperamos ver un gabinete con caras nuevas de personas preparadas para cumplir sus funciones y sin la ambición de resolver no solamente su problema económico sino también el de los familiares, compadres y amigos. Espero que en estos cuatro años firme la Ley de Partidos Políticos, realice una justa reforma fiscal, mejore los servicios de electricidad y ataque fuertemente la inseguridad social, comenzando por una reforma de la Policía Nacional. Espero que coopere con el nuevo alcalde de la capital, hombre joven con buenas intenciones para mejorar el problema del tránsito, basura y drenaje de aguas, negras y blancas.
Personalmente tengo la esperanza que en su discurso de agosto el Presidente le diga a su Congreso y a su país que el próximo presupuesto nacional contemplará el 5% para salud. Qué mejor legado puede un gobernante dejar que no sea el mérito de haber contribuido a tener un pueblo educado y saludable.
Como miembro y eventualmente presidente de la Sociedad de Trasplantes de América Latina y el Caribe tuve la oportunidad de visitar de manera oficial varios países de América Latina. Por medio de estos viajes llegué a conocer una clase de ciudadanos nunca vistos en mi país, me refiero a un pobre educado y culto. Mi primera experiencia fue en el 2001 durante mi primera visita a Costa Rica, viajando en taxi desde el aeropuerto al hotel, recibí de parte del chofer una cátedra de historia, geografía y cultura de Costa Rica. Al regreso de mi viaje recuerdo contarle mi experiencia a doña Carmen Quidiello, hoy viuda Bosch y ella me dijo “Mi hijo, es que cuando nosotros teníamos a Trujillo ya ellos tenían a un Pepe Figueres”.
Mi segunda experiencia similar sucedió en Chile cuando almorzaba en un mercado popular compartiendo una mesa con unos desconocidos que sin duda pertenecían a una clase económica baja. Durante dicho almuerzo recibí otra cátedra no solo del país, sino de la vida política y literaria del gran Pablo Neruda. Estas cosas no pasan por pura casualidad, son el resultado de líderes con una visión social y política muy diferente a los nuestros. El presidente Medina tiene ahora la oportunidad de pertenecer a ese grupo selecto de líderes. Esperemos que no la desperdicie para que en un futuro nosotros tengamos un país con ciudadanos que aún no siendo ricos seamos sanos, educados y cultos.

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