Danilo De Los Santos: Como él no habrá nadie

Danilo De Los Santos: Como él no habrá nadie

“Los que tienen el arte por ideal, estudio, trabajo, por obsesión y pasión aún, sienten que, aquí, nada será igual después del fallecimiento de Danilo de los Santos. Era ciudadano entrañable de Santiago: aunque nacido en Puerto Plata, decía haber vuelto a nacer en Santiago”. Esto, lo anotamos a los pocos días de su partida que dejó atónitos a sus incontables seguidores.

Cinco años después, la herida no se ha cerrado: solo nos queda leer y aprender de sus tantas páginas, portadoras de su sensibilidad y sus juicios siempre compartidos. Así mismo, maravillarnos ante una rara simbiosis de creación pictórica, de pensamiento fértil, de conocimientos infinitos, hasta de metodología insuperable, fomentando un archivo sin comparación en su categoría.

El Museo Bellapart y Myrna Guerrero dedicaron una de sus esperadas tertulias a Danilo de los Santos. Fue amigo, colaborador, compañero de cátedra, confidente aun de Myrna en el sentido de una honda y respetuosa relación, naturalmente exigente, fructífera y altruista.

Un compromiso ineludible no nos permitió disfrutar esa evocación homenaje excepcional Esperamos que sea la primera de una verdadera comunión que haga renacer con la memoria de Danilo su generosidad, su energía, su genio, su franqueza, su modestia, que tanta falta hacen hoy en la vida del arte.

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Investigador cimero

Danilo de los Santos, investigador y analista incomparable del arte dominicano, formaba parte de los grandes investigadores en el Caribe y América Latina. Sin embargo, quien escribió una obra increíblemente vasta, variada, valiosa, acogía a todos los que anhelaban una consulta, un juicio, un incentivo.

Accesible y afable, disponible aunque ocupado excesivamente, él imponía naturalmente el respeto, de la misma manera que él respetaba a los demás. Integraba, en sus textos a los críticos, analistas y periodistas culturales, de una manera inteligente, destacando sus citas. Así lo testimonia su enciclopédica “Memoria de la pintura dominicana”… cuyos noveno y décimo tomos esperamos con ansias.

Como historiador nacional, su discurso educativo fue único, haciendo resaltar el humanismo, la sociología y la cultura. Además, él hablaba magníficamente: tenía el don de la palabra.

Ahora bien, es para el intelectual brillante, el experto sin rivales en la materia, que se expresan merecidos elogios. Relativamente poco, en comparación, se menciona que el teórico Danilo de los Santos –acorde con el estado civil- era también Danicel, artista, su segundo Yo y el primero en manifestarse desde los 60.

Danicel

En Danicel, el país perdió a un creador visual tan único como el historiador.

Uno de los primeros artistas nuestros contemporáneos, que mantuvo un tema con imaginación e imágenes, ilimitadas y renovadas, hace más de cincuenta años. La Marola, su heroína – mujer, madre, tierra, naturaleza, divinidad-, bocetada y pintada cientos de veces, millares tal vez, surgió en los albores del 1970, y se multiplicó incansablemente, sin repetirse nunca.

Desde sus inicios, apenas emergiendo del período “friordano” de Santiago, el artista cautivó a los críticos dominicanos primordiales que eran María Ugarte, Jeannette Miller y Fernando Peña Defilló, manteniendo con ellos una estrecha amistad. En el ámbito latinoamericano, sucedió igual afinidad, y su obra fascinó al chileno Alberto Baeza Flores que compuso un emotivo poema sobre la Marola.

Sin embargo, Danilo de los Santos no hacía alarde de aquellos elogios. Los tenía atesorados en su memoria.

Sin que se abandonen las Marolas, las investigaciones se extendieron. Danicel, sincrético, invocó y convocó no solamente a las criaturas humanas, sino a los espíritus ancestrales, taínos y africanos. En una cosmogonía mítica, “viven” los ancestros indios desaparecidos, los progenitores esclavos raptados del continente negro, los descendientes afroantillanos.

Aunque discreta y disimuladamente casi, Danicel fue, más allá del dibujo y la pintura, un artista polivalente, experimentando collage, escultura, e instalación.

¡Ahora bien, sobrecoge leer cómo el historiador y crítico se vuelve analista de si mismo, cómo Danilo define, perfila, desentraña a Danicel, en una suerte de confesión, revelando el proceso creativo y evolutivo de la Marola!

Danilo de los Santos poeta

Las limitaciones del espacio no permiten presentar las tantas dedicaciones- brillantes- de Danilo de los Santos – así su coleccionismo especial-, pero nuestra conclusión será para el poeta, revelándose un mago de la palabra, su ritmo, su música…

Observación, curiosidad, incógnita se plantean desde la portada, autorretrato fotográfico en blanco y negro con fondo de autorretrato pictórico, que anuncia un compromiso de entrega esencial.

Entonces, nos preguntamos ¿”Versos de manus” será simplemente un libro de poesía, esencialmente creación y género literario, o, en palabras mágicas, una introspección, una confidencia, un desahogo? Nos parece que son estos tres componentes, son respuestas abiertas al estímulo de la palabra en libertad, desligada del análisis histórico, crítico y pedagógico, que suele regir el oficio.

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