Danilo derriba paradigmas del poder

Danilo derriba paradigmas del poder

Rompiendo los esquemas tradicionales del ejercicio del poder en la República Dominicana, el presidente Lic. Danilo Medina se aproxima a cumplir siete meses en esta difícil labor. En el transcurso de este tiempo ha impuesto su propio sello al ejercicio presidencial, derribando paradigmas y protagonizando acciones nunca vistas en un presidente, o por lo menos no difundidas.

Con su estilo particular, Danilo le da de lado a la Ley 45 descrita por Robert Greene en su libro “Las 48 Leyes del Poder”, lectura obligada de los que tienen la actividad política como modus vivendi. La Ley 45 de Greene expresa lo siguiente: “Predicar la necesidad de cambio, pero nunca reformar demasiado de una sola vez”. Explica el autor que “todo el mundo comprende la necesidad de cambio en abstracto, pero en el ámbito cotidiano las personas son criaturas de costumbres. Una excesiva innovación les resulta traumática, y conduciría a la revuelta. Si se es nuevo en una posición de poder, o un forastero que intenta construir una base de poder, debe mostrar respeto hacia la antigua manera de hacer las cosas. Si el cambio es necesario, debe hacerse sentir como una suave mejora del pasado”. (Las 48 Leyes del Poder, Robert Greene, edición de Joost Elffers, página 471).

EI abandono de la costumbre de colocar la “Foto oficial presidencial” en las oficinas públicas, desmitifica la figura presidencial y elimina la inducción sutil de la adoración al jefe del Estado. Algún interés económico quedó afectado con esta medida, porque ha de suponerse que alguien tenía la exclusividad de la comercialización de dicha foto.

Un presidente que cruza agachado cercas de alambres de púas, que brinca  riachuelos y se sienta en sillas comunes o en cajas de madera, depende de la  ocasión y el lugar, no necesita andar a rastro con la famosa “Silla de  Alfileres”. Danilo manda un mensaje claro a la sociedad cuando deja la silla  presidencial en el Palacio Nacional, asiento del poder. También aquí hay afectación de intereses económicos, tanto para los productores de la silla como para sus transportadores hacia los lugares de desplazamiento del presidente.

Sacar del anonimato a miles de ingenieros constructores y permitirles ser contratistas del gobierno, con esta acción Danilo ha producido una revolución sin precedentes en la República Dominicana. La democratización en la participación del erario a través del sorteo de obras llevado a cabo, le quita de las manos a unos cuantos concentradores de obras públicas miles de millones de pesos, que ahora van a manos que nunca antes fueron tomadas en cuenta.

Las visitas sorpresivas de los fines de semanas, regularmente para contactar pequeños y medianos productores de bienes y servicios, con la consiguiente entrega de recursos económicos, hace visibles a sectores que fueron olvidados en el pasado. Conversar cara a cara con los de abajo como lo está haciendo Danilo, escuchar sus necesidades y preocupaciones, les da vida y vigencia a estos sectores, y por ende se va gestando un nuevo espacio de poder. Con el fortalecimiento que el gobierno de Medina está produciendo a esos grupos económicos olvidados, se crean los cimientos para el surgimiento de una nueva fuerza social productiva, que verá en el gobierno y su presidente a sus redentores, creando un nuevo equilibrio en torno al poder que se ejerce desde la casa presidencial y los sectores productivos nacionales.

Con estas acciones y muchas otras que Danilo ha puesto en ejecución, se están derribando esquemas y paradigmas del ejercicio del poder en la República Dominicana, sin importar lo que Nicolás Maquiavelo expresara, en otro libro de la mesita de noche de quienes ejercen el poder, El Príncipe, lo siguiente: “Aquel que desea o intenta reformar el gobierno de un Estado, y desea que sea aceptado, debe conservar al menos la apariencia de las viejas formas; así la gente no notará que se ha producido un cambio en las instituciones, aunque, de hecho, estas sean completamente diferentes a las antiguas. Porque la gran mayoría de la humanidad se contenta con las apariencias como si fueran realidades”.

Esta forma de gobernar de Danilo, a pesar de contravenir leyes del ejercicio del poder, según Greene y Maquiavelo, ha sido aceptada por la mayoría del pueblo que gobierna, y una muestra fehaciente de ello es la alta aceptación obtenida por su gobierno, según estudio reciente realizado por la famosa firma encuestadora Gallup y publicado por este prestigioso matutino. Es un estilo sencillo, humanizado, que coloca a la gente y sus necesidades en el centro de su gestión, creando similitud con la forma afable y decidida a favor de los que menos pueden, que caracterizó la gestión de siete meses del líder fundador del PLD, el Profesor Juan Bosch.

Los dominicanos preocupados por el bienestar del país, sin importar banderías políticas, estamos en la obligación de seguir apoyando el esfuerzo que está haciendo Danilo, porque está demostrando con sus actuaciones que su interés es seguir construyendo la ruta del progreso, que haga posible sacar de la pobreza a millones de nuestros semejantes que ahora están siendo visibles a los ojos de su presidente.

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