Danilo en su laberinto

Danilo en su laberinto

La reciente encuesta Greenberg-Diario Libre confirma el laberinto en que se encuentra atrapado el candidato del PLD: Por cada cinco encuestados  que lo prefieren, cuatro lo hacen por razones vinculadas a la pareja presidencial. Dos porque continuaría lo que está haciendo el Presidente y  dos por ser la primera dama su candidata vicepresidencial. Solo dispone preferencia propia en uno de cada cinco electores.           

Esta dependencia genera un cordón umbilical que evidencia lo artificioso de sus lemas en lo que se refiere a cambiar, corregir o hacer: Sus decisiones están supeditadas a los votos aportados por detentadores del  poder.

Como no es característico de los actuales gobernantes admitir errores ni reconocer omisiones; cambiar o corregir algo, como hacer lo  que nunca se ha hecho, solo sirven para configurarle un  laberinto para quedar enredado.

Lo que caracteriza los actuales gobernantes es la autosatisfacción, auto-elogio o elogio mutuo de sus gestiones: El Presidente Fernández ante la Asamblea Nacional consideró logrados sus sueños y considera en  los EEUU que el Metro, túneles y elevados, constituyen una “revolución”; mientras funcionarios se regodean de sus gestiones en tele-noveladas “rendiciones de cuentas”.

Auto-satisfacción que viene de años cuando se anunció que la economía estaba blindada para justificar su inmersión enprogresivos déficits financiados con endeudamiento que nos están hundiendo, similar a lo observado en economías europeas.

Solo el rompimiento del cordón umbilical con el estamento dominante en las esferas gobernantes  hubiera proporcionado consistencia a los lemas de campaña del candidato del PLD.

Pero si lo hiciera perdería cuatro de cada cinco de sus preferencias electorales, a juzgar por la encuesta citada.

Y al no poderlo hacer queda estigmatizado ante un pueblo suspicaz, que distingue el cojo sentado y el ciego durmiendo, así reconocido por el Presidente Fernández, como cautivo de la pareja presidencial dentro del laberinto de lemas armado por el candidato.

Suspicacia que lleva a imaginar lúgubres escenarios como las consecuencias de tomar decisiones para cambiar o corregir algo o hacer algo nuevo sin la anuencia, consentimiento o aprobación de la pareja presidencial en temas sensibles como la corrupción.

Imaginan rompimiento de relaciones y resistencias provocadoras de reacciones al pasar factura por los votos aportados por la pareja gobernante.

Sobre todo con un Presidente Fernández revestido del poder que le confiere ser presidente del partido  que controla el Congreso y la experiencia que doce años de gobierno proporcionan para administrar resistencias.

Teniendo como aliada a su propia pareja, pudiera someter al candidato a un peligroso fuego cruzado, tanto horizontal como verticalmente.

Escenario conflictivo que jaquea la eficacia y supervivencia gubernamental, institucionalidad, gobernabilidad, etcétera.

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