POR ROSA ALCANTARA
El secretario de la Presidencia, Danilo Medina, consideró que las críticas de la Iglesia Católica en su carta pastoral deben conducir a la meditación y evaluación para la  solución  de los problemas planteados.

El funcionario opinó sobre las demandas de la Conferencia del Episcopado Dominicano de que se frene la corrupción administrativa y de que se abogue por una convivencia pacífica entre los dominicanos y haitianos.  Asimismo, planteó la necesidad de que se establezca un diálogo entre los gobiernos de ambas naciones para la solución de los conflictos que pueden afectar las relaciones bilaterales.

Sobre el particular, Medina consideró que el gobierno hace esfuerzos para el combate de la corrupción y citó la Comisión de Etica creada por decreto por el gobierno, la cual trabaja  por  el adecentamiento  en el manejo de las instituciones públicas.

Admitió que muchas personas van a los puestos públicos a servirse de las posiciones que el pueblo pone en sus manos y dijo que tal vez será un proceso largo en la República Dominicana para evadir esa cultura de que la gente quiera aprovecharse de lo que no es suyo.

“Pero la verdad es que la corrupción es un flagelo que está arropando a toda la sociedad dominicana”, dijo el dirigente peledeísta.

Medina consideró que la voz de la Iglesia debe ser escuchada siempre. “Yo no soy de los que cuando la Iglesia habla y te toca entonces responde de manera

agresiva; yo creo que la Iglesia ha tenido un discurso que ha sido consistente a lo largo de la historia del país”.

Con relación al problema haitiano, el secretario de la Presidencia expresó que el gobierno hace todos los esfuerzos.

Destacó que en la República Dominicana no hay un gobierno con actitud anti-haitiana, sino “todo lo contrario, hay mucha tolerancia con Haití”.

“Las dificultades no serán por nosotros sino por mecanismos que invaden a la opinión pública internacional, pretendiendo presentar a la República

Dominicana como un país que tiene un anti-haitianismo ancestral y no se miran las consecuencias del problema también anti-dominicano que existe en la República de Haití”, manifestó.

Consideró que hay que hacer todo lo que se pueda para mejorar las relaciones entre Haití y República Dominicana, ya que ambas naciones están obligadas a vivir juntas porque comparten la misma isla.

Resaltó que lo que más conviene en estos momentos es avanzar en el establecimiento de políticas que mejoren las relaciones entre República Dominicana y Haití.