Danilo, Joao y Odebrecht

Danilo, Joao y Odebrecht

Claudio Acosta.

Hasta ahora son solo evidencias circunstanciales, como dicen los criminalistas en televisión, pero como estamos hablando de política  esas evidencias  son suficientes  para construir una percepción que en estos momentos en que el escándalo  de  Odebrecht crece   como una bola de nieve no es precisamente favorable al presidente Danilo Medina y su gobierno. Después de que el país se enteró, gracias a la prensa brasileña y el despliegue que le  dio la local,  de que el publicista Joao Santana, asesor de las campañas  electorales del presidente  Medina  en el 2012 y el 2016,  supuestamente repartió  US$3,390 millones a nombre de  la constructora para financiar las campañas electorales en Brasil, El Salvador, Angola, Venezuela, Panamá y República Dominicana, será mucho más complicado  para el aparato propagandístico del gobierno evitar que se imponga la percepción de que esta administración también fue contaminada por su  modus operandi corrupto. Consciente de que las evidencias circunstanciales que incriminan a su gobierno siguen acumulándose  y, peor todavía,  haciéndose públicas, el presidente Medina rompió ayer el silencio  en el que se siente tan cómodo para rechazar  que su asesor lo  beneficiara de ese supuesto reparto, pero también para desafiar a los que lo  acusan a que presenten las pruebas y  pedir que se espere a que concluyan  las investigaciones  que   encamina la Procuraduría General porque la verdad, finalmente, “va  a salir”. Pero no puede ofenderse  el mandatario si en el mientras tanto son cada vez mas los ciudadanos  a los que resultará muy difícil  convencer de que su gobierno fue el único que no se dejó enredar en el esquema  que patentizó Odebrecht para   sus operaciones  en el exterior, desde que sus  directivos descubrieron lo que saben desde hace tiempo nuestros  empresarios: que financiar campañas electorales a los políticos es una inversión segura que garantiza jugosas  ganancias.

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