El licenciado Danilo Medina Sánchez es un político reflexivo. Cauto al opinar, que rehuye las improvisaciones y piensa bien lo que va a hablar, para después no tener que contradecirse.

Estudioso de la realidad social, el candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana, no es hombre dado a las declaraciones apresuradas, ni a  las promesas irreales, porque como un acabado hombre de Estado, y tal y como dice el viejo refrán de los auténticos políticos, posee la habilidad de oir crecer la hierba y de ver más del horizonte, para poder anticipar lo que puede traer el porvenir inmediato.

Mientras que al candidato presidencial del PRD, Hipólito Mejía, no le será fácil vender la idea de que será un gobernante distinto al que ejerció el poder entre el 2000 y el 2004, para el hipotético caso en que el pueblo vuelva a equivocarse y le vote nuevamente, porque del dicho al hecho hay mucho trecho, especialmente cuando ya se ejerció el poder una vez y se salió del Gobierno muy mal parado.

Este conocimiento del arte de la política, es lo que hace diferente la candidatura del licenciado Medina Sánchez, un sencillo padre de familia a quien los oropeles del poder no han permeado, no obstante haber sido una relevante figura del Poder Legislativo, en su calidad de diputado, entre los años 1996 y 2000 y luego al repetir entre el 2004 y el 2006, tiempo que le dio la oportunidad  de codearse con empresarios, industriales, banqueros, dirigentes comunitarios, sindicalistas,  diplomáticos y  profesionales, entre otras personalidades nacionales y extranjeras, con las que estableció vínculos muy provechosos mientras ejercía la Secretaría, ahora Ministerio de la Presidencia.

El licenciado Medina Sánchez es originario de la comunidad rural de Arroyo Cano, en la provincia de San Juan, donde nació el 10 de noviembre del 1951, el primero de ocho hijos procreados por el matrimonio de Juan Pablo Medina y Amelia Sánchez, ya fallecida, al tiempo que está casado con la licenciada Cándida Montilla, con quién ha procreado tres hijas, Sibely, Vanessa y Ana Paola.

Su afán de luchar por los cambios sociales  llevaron al joven Medina Sánchez a integrarse a la Asociación Democrática de Estudiantes Sanjuaneros, con el  propósito de contribuir a mejorar las condiciones de vida de los marginados de la fortuna.