El triunfo de la candidatura de Danilo Medina a lo interno del PLD ya es vista como un hecho luego del apoyo que recibió del vicepresidente Rafael Alburquerque, quien declinó la suya. Esa es una ventaja para Danilo Medina quien se está ganando, desde ya, su candidatura en el partido de gobierno. Con o sin el apoyo de Leonel. Le guste o no a Leonel, Danilo en esta ocasión está mucho más afianzado que en épocas anteriores. El apoyo que está recibiendo a lo interno del PLD lo atestigua.

Tomando en cuenta su condición de pre candidato, los puntos que le aventaja su contrincante del PRD, aunque sean significativos, pueden ser superados. Todo dependerá del manejo que exhiban ambos.

En política lo que hoy es, mañana puede no ser. El enfoque de sus campañas, hacia donde la dirijan, sus respectivos manejos, sus estrategias, su mercadeo, si se quiere, son factores determinantes en los once meses que faltan para las elecciones presidenciales.

Danilo tiene una ventaja sobre Hipólito. Como aún no ha sido presidente de la República, un gobierno suyo no puede ser juzgado. Es un punto a favor de Danilo, no tiene tela por dónde cortar.

Que Danilo esté enarbolando en su discurso el tema de la corrupción, prometiendo sancionar a funcionarios de un gobierno suyo que incurran en esta práctica, por más demagógico que nos pueda parecer, resulta edificante.

Pero más allá de las palabras, se necesitan acciones que inspiren confianza. La elección del candidato vicepresidencial puede ser en esto decisiva para sumarle puntos. En adición a todas las necesarias alianzas, la figura de Alburquerque puede añadirle votos.

El vicepresidente no es un hombre ambicioso, es un hombre prudente, que inspira confianza, con una impecable trayectoria en el ejercicio de cargos públicos. Uno de los pocos políticos impolutos. Por su condición es un hombre que aporta votos.