El VIII Congreso Norge Botello del PLD confirmó lo que se percibía en el ambiente político en el sentido de que el presidente Danilo Medina domina todas las instancias del poder, desde el Gobierno, hacia dentro y fuera del PLD, exento de jactancias, prepotencias ni discursos académicos que pocos entienden.

En una silla plástica, con un jacket y una cachucha, vadeando alambradas de púas o un charco para acudir a redimir a productores agropecuarios a quienes se les hacían promesas y luego necesitaban agotar trámites inalcanzables que es la normativa de la burocracia estatal, el presidente Medina acude como un cronómetro, cada domingo, y pauta soluciones productivas, advirtiéndoles, eso sí, a los productores, que el dinero para financiarlos no es suyo, que es de los contribuyentes, y que es obligatorio reembolsarlos.

Fueron RD$70 mil millones financiados a productores de toda la geografía nacional en 2013, que aportaron 70 mil empleos, y sin descuidar las grandes infraestructuras ni el turismo, el río-con y el Parque Central de Santiago de los Caballeros, la segunda línea del Metro recién anunciada el día once de este mes, el 4% a la Educación, la seguridad de apoyo a las exportaciones transformando el BNV en Banco para las Exportaciones, son claves que integran la melodía del certamen electoral del 2016.

Contrario al personaje gurabero que repitió 22 veces que no se reeligiría y lo hizo para crear su Waterloo, el presidente Medina se percibe honrará su decisión de que el l6-08-20l6 se irá a su casa, pero escogiendo el delfín que asumirá su relevo, para continuar en el poder representado por uno de los suyos, y proseguir a horcajadas del mando supremo, sobre el lomo firme de las desavenencias inconclusas y hastiantes del PRD.