El presidente Danilo Medina heredó de  su antecesor, Leonel Fernández, un período de luna de miel con el gobierno haitiano que apenas pudo disfrutar durante diez meses.

Después de promesas de entendimiento en materia comercial y en otros aspectos que atañen a dos países que comparten la misma isla, volvieron las crispaciones de antaño.

Esta vez  no por el sempiterno y conflictivo tema migratorio, sino por la decisión de Haití de prohibir el ingreso de productos de República Dominicana, argumentando razones sanitarias y ambientales.

En junio pasado el Gobierno haitiano prohibió la entrada de  productos avícolas,  con el argumento de que en el país había  gripe aviar; sin embargo, se ha  demostrado la inexistencia del virus en territorio dominicano.

La decisión de las autoridades haitianas tomó de sorpresa a las dominicanas, sobre todo porque se anunció días después de que Medina y su homólogo  Michel Martelly se reunieran en la comunidad haitiana de Juana Méndez, donde  plantaron un árbol como emblema de una campaña de reforestación que se lleva a cabo del otro lado de la isla.

Pero dos meses antes, el 26 de abril, Medina realizó la primera visita oficial a Haití para participar en la V Cumbre de la Asociación de Estados del Caribe.

En esa reunión los mandatarios acordaron que instruirían a sus ministros de comercio para que faciliten el  intercambio comercial entre los dos países.

   Reacciones. Las reacciones no se hicieron esperar. Visitas relámpago de comisiones del Gobierno que buscaban explicaciones en Haití a lo que parecía inaudito; y el grito de espanto de un sector avícola que tenía, al otro lado de la frontera, un mercado cautivo.

Las razones reales de la prohibición las conoció el mandatario dominicano el 29 de junio, cuando Martelly y el primer ministro Laurent Lamothe le aclararon, en Nicaragua, que la veda es una medida económica, dado que Haití deja de percibir alrededor de US$300 millones porque los avicultores dominicanos no pagan impuestos por la entrada de  huevos y pollos.

Pero los inconvenientes no terminaron ahí. A principios de julio el embajador haitiano en el país,  Fritz Cineas, confirmó un rumor que tenía nervioso al sector industrial: Haití prohibía la entrada de plásticos desde la República Dominicana porque no son biodegradables.

En medio de las discusiones comerciales, en ambos lados de la isla han surgido rabietas  nacionalistas que encontraron motivos para salir del baúl.

Desde sectores  que ven ingratitud en un vecino con el que se colabora y  al que se le abrieron los brazos en el momento más difícil, el terremoto de 2010, hasta las declaraciones del ministro de Producción Animal de Haití, Michel Chancy, de que ni las piruetas diplomáticas de República Dominicana harán que su país varíe la decisión de prohibir  los productos locales.

 Las autoridades dominicanas mantienen el diálogo abierto, no han cerrado los canales de conversación a pesar de la demostrada intransigencia del Gobierno haitiano.

Mercado binacional. El normal desenvolvimiento de los mercados binacionales, que se realizan lunes y viernes en las provincias de la franja fronteriza, han sido afectados por los citados problemas.

  En varias ocasiones, después de la veda, fueron suspendidas las operaciones. Sectores comerciales de Haití han planteado el cierre de esos mercados, argumentando que la existencia de una balanza comercial demasiado desigüal para el vecino país.

Cineas ha planteado la necesidad de que se regule el comercio binacional, dado que Haití necesita aumentar sus ingresos.

Tema migratorio. De las relaciones domínico haitianas nunca ha estado ausente el tema migratorio. Razones sobran. La migración haitiana es la mayor y genera tensiones laborales y con el Registro Civil.

En ese contexto, desde la Dirección de Migración se han incrementado las repatriaciones de haitianos que entran ilegalmente al país para trabajar, fundamentalmente, en la construcción y la agricultura.

Precisamente la referida entidad conminó a esos dos sectores para que doten de carnés de trabajo a los obreros.  Esa medida se tomó a principio de año, cuando a cientos de haitianos se les impidió retornar al país, luego de la Navidad, porque no tenían documentos.

La cifra

1,000
Millones de dólares.  Ese es el volumen  de las exportaciones de República Dominicana hacia Haití.

100
Millones de dólares. Las exportaciones de Haití hacia el país generan ese monto.

ZOOM

Apertura de Haití
Mientras la vecina nación  impone  vedas a los productos dominicanos, mantiene una política de apertura y de búsqueda de inversiones en otros países. El primer     ministro Laurent Lamothe ha realizado varias giras en Estados Unidos y Europa promoviendo las ventajas de Haití para la inversión extranjera; y lo mismo hace la ministra de  Turismo, Stephanie Balmir Villedrouin.