En el atolladero electoral terminaron de revelarse los patrones conductuales de la corriente política que lidera dentro y fuera del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) Danilo Medina: el tiburonismo.
Contrario a los que muchos pudieran pensar, esta hegemónica forma de buscar o mantener el poder no se define por la ingesta (sin eructar) de un tiburón podrido previo a la reforma constitucional con fines reeleccionistas. La compra y venta de votos legislativos certificada por el ministro tiburonista Tony Issa Conde ha sido uno de los hechos más emblemáticos de la corriente. Incluso le da nombre a la misma, pero no la define.
En esencia, el tiburonismo es una expresión extrema del pragmatismo político, que se especializa en decir o parecer todo lo contrario a lo que se es o se pretende. También podría definirse a través de sus representantes, como un conjunto de dirigentes políticos, periodistas, comunicadores sociales y supuestos actores de la sociedad civil especializados en justificación o relativización de los acontecimientos adversos a las tiburonadas.
Después de sus primeros cuatro años de gobierno, podemos encontrar numerosos hechos que por antonomasia sintetizan este fenómeno político del siglo XXI. Veamos 10 ejemplos.
- Tiburonismo es llamar a las víctimas de prácticas electorales fraudulentas a usar las vías institucionales para expresar sus quejas, cuando sabes que estas vías son estrictamente controladas por tu partido.
- Tiburonismo es encabezar una de las campañas electorales más inequitativas de la historia; utilizar cientos de millones en compra de voluntades el día de las votaciones; y beneficiarse de actos fraudulentos ejecutados en todo el país, para luego exigir a los afectados tranquilidad y conformismo.
- Tiburonismo es delegar en el PLD y sus catorce partidos aliados la defensa del tollo del escrutinio electrónico en una rueda de prensa en la sede de la Junta Central Electoral (JCE), para después reconocer frente a los observadores internacionales la validez y legalidad del reclamo de conteo manual. Tiburonismo es ser lo que mande la agenda mediática que se escapa de tu control.
- Tiburonismo es insistir en el diálogo, en el debate de las ideas, mientras se hace una campaña completa sin dar entrevistas, sin discutir con nadie, sin someterse a cuestionamientos: a base de pura propaganda pagada con fondos públicos.
- Tiburonismo es hacer alianza estratégica con el impoluto Félix Bautista y acordar la repartición del Estado con el querubín de Miguel Vargas Maldonado, mientras un coro celestial compuesto por Zorrilla Ozuna, Luis El Gallo, Trajano Santana y otros institucionalistas se prepara para festinar instituciones a la usanza del siglo XIX.
- Tiburonismo es decir “me venció el Estado” cuando se está en la oposición, y luego desde el Gobierno utilizar todos los recursos públicos posibles para aplastar a los opositores.
- Tiburonismo es venderse en la mañana como gobierno de diálogo, frugal y de amor al prójimo, pero en la tarde mandar a reprimir sistemáticamente (con el funesto general Rommel López) a quienes protesten pacíficamente frente a la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE). Para el tiburonismo levantar pancartas y tomarse de las manos en una “cadena humana” significa atentar contra la seguridad nacional.
- Tiburonismo es, por un lado, instalar en varias entidades públicas comisiones de veedores ciudadanos (incluidos algunos que son contratistas del mismo Gobierno), y, por el otro, entregarle a la corrupta e inexperta Odebrecht la construcción de dos plantas a carbón de Punta Catalina, con una sobrevaluación estimada en más de US$1,000 millones.
- Tiburonismo es anunciar con vehemencia la persecución de la corrupción a partir del simple rumor público, y levantarse al otro día invitando a no tirar piedras hacia atrás, porque na´ e´ na´ y to´ e to´. Para el tiburonismo lo importante es avanzar, el futuro. El presente solo sirve si es para hacer loas a sus formas diferenciadas, “únicas”.
- En fin, tiburonismo es venderle a la sociedad dominicana (desde el Gobierno, los medios de comunicación o ciertas figuras del progresismo de redes sociales) grandes tragos de pasado en copa nueva.
Con estas definiciones podemos identificar fácilmente el modus operandi del tiburonismo y sus servidores. Corresponderá a cada quien seguirlo, rechazarlo o enfrentarlo.