¿Danilo puede sorprendernos?

¿Danilo puede sorprendernos?

Es posible  analizando sus palabras y las de sus voceros. Pero aquí van algunas ideas. Por ejemplo, un primer paso que podría dar el nuevo gobierno es sincerar las informaciones oficiales que se publican. No es posible que Ministerios como los de Agricultura y Salud, para dar solo dos ejemplos, sigan manipulando perversamente sus cifras o que el Banco Central ofrezca una cifra sobre el déficit fiscal distanciada de la que ofrece el Ministerio de Hacienda.

Aquí se habla de una supuesta presión fiscal de 13.5% como si el PIB que tenemos es realmente confiable cuando ciertos sectores que están en una profunda crisis presentan cifras de crecimiento exorbitantes.    

Otro tema es el tamaño del sector público. Como el PLD continuará en el poder, no es necesario aumentar la nómina pública, que ya se encuentra en niveles insostenibles. Hablamos de unos  600 mil empleados, incluyendo nominillas y otros 900 mil que reciben alguna clase de subsidio.

El total de personas que de alguna manera depende de un salario público o subsidio, se acerca al millón y medio. Si calculamos un promedio de cuatro personas por familia, casi dos tercios de los hogares dominicanos recibe dinero del gobierno.

Lo que se necesita con urgencia es sanear esos programas de subsidios para que llegue a más gente pobre con el mismo presupuesto. Conozco casos de familias que poseen hasta tres tarjetas de solidaridad cuando  tienen otros empleos que cubren el costo de su canasta alimenticia en el primer y segundo quintil. Tienen esa cantidad de tarjetas porque poseen fuertes vinculaciones políticas y no porque son pobres.

Por esa razón, la Tarjeta de Solidaridad, así como otros subsidios absurdos, se han ido prostituyendo y perdiendo su razón de ser, que es ayudar a los más pobres. Mientras tanto, miles de familias en estado de indigencia, que pasan hambre todos los días, no tienen la posibilidad de conseguir ninguna asistencia gubernamental por no ser militantes reconocidos del PLD.

Una revisión de esos programas y un reenfoque de los criterios de selección de los beneficiarios  para que el subsidio llegue a las familias más necesitadas, al margen del clientelismo y la politiquería, le harían un gran bien a este país, reduciendo la pobreza y redistribuyendo mejor los ingresos. La otra cuestión que el próximo gobierno deberá enfrentar es la competitividad. El cambio de un modelo económico dominado por importadores, consumidores que compran vía Internet sin pagar impuestos y contrabandistas de bienes que han abarrotado de productos extranjeros el mercado dominicano, a uno que promueva la producción nacional y las exportaciones. Eso se logra únicamente flexibilizando el régimen cambiario y fortaleciendo los controles aduanales.

Pero también es urgente acabar con la mafia que tiene el Ministerio de Agricultura con apoyo palaciego, en las importaciones masivas de bienes alimenticios y materias primas, muchas  producidas en el país, incluyendo aquellas que se hacen por encima de la cuota del DR_CAFTA, pero sin pagar arancel, lo que es un crimen imperdonable que está llevando a la quiebra a miles de productores locales. 

Danilo Medina tienen en este campo la oportunidad de cambiar los destinos del país y  asegurarse que terminará su mandato con algo que el pueblo le agradecerá al margen de las inclinaciones partidarias.  

Finalmente, si quiere evitar que la economía se paralice con una reforma fiscal virulenta, debe privatizar muchos activos del Estado, eliminar el despilfarro en la administración pública y reducir la corrupción  a toda costa, aplicando las leyes vigentes en materia de asignación de obras públicas y compras de bienes y servicios.

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