Las imágenes son claras. Hemos visto al ganado pastando, las siembras en lo alto de la montaña, los afluentes mermados, los tubos, las lomas peladas… una realidad que, matizada por las denuncias de quienes se preocupan por Constanza, no dejan lugar a dudas: las agresiones en el Parque de Valle Nuevo, a pesar de que el ministro Bautista Rojas lo quiera negar, son tan reales como sus mentiras.

Para él es un acto de irresponsabilidad que el Consejo Ambiental de Constanza denuncie las agresiones que cometen funcionarios y militares sin identificarlos. Olvida, sin embargo, que el Consejo le remitió a él mismo esos nombres. Entonces, ¿quién es el irresponsable?

Independientemente de que Bauta tenga una crisis de amnesia cuando se trata de esa gente, lo importante ahora no es quién daña sino por qué se permite: ¿es que acaso el ministro le teme a la jerarquía del uniformado que allí tiene su finca?

Es increíble que a más de una semana de publicar las denuncias en este diario aún no se hayan tomado medidas: ni siquiera han valido las declaraciones de los técnicos Eleuterio Martínez y Domingo Marte, quienes conocen muy bien la zona, para que al Gobierno le salga del forro detener a los depredadores.

A estas alturas este tema debería estar en otras instancias: ¿por qué el presidente Danilo Medina, que va de conservacionista por el mundo, no se inmuta ante lo que pasa? Puede que, en realidad, poco le importe. Total, ¿acaso no fue él que nombró en Medio Ambiente a un médico sin ninguna experiencia en el área? Ahí está el resultado. Pena que Valle Nuevo y Constanza paguen por eso.