Danilo y la Rebelión de las Mariposas

Danilo y la Rebelión de las Mariposas

La Teoría del Caos se ha convertido en un tema científico de actualidad, especialmente por su aporte a la posibilidad de predecir eventos futuros partiendo de circunstancias particulares y hechos aparentemente insignificantes y aislados, que acontecen en lugares periféricos o entre individuos y elementos de escasa importancia relativa, de cualquier especie. Un aleteo de mariposas en Cachemira puede contribuir a la formación de un huracán en Norteamérica.

Unos jovencitos twitteando, chateando o blogueando, pueden activar un proceso de opinión pública que desencadene un movimiento de masas que conmocione los poderes políticos y económicos establecidos.

Lo de la famosa cementera en los Haitises, la victoria del 4% , y recientemente, las manifestaciones de las plazas de la  Independencia y de la Bandera, son estimadas similares a aquellas movilizaciones en los tiempos de Caamaño y Abril del 65. Desde otro ángulo, parecería imposible que en el país ocurriera algún fenómeno social de gran magnitud debido a que el mundo está  polarizado, con las fuerzas dominantes acumuladas de un solo lado, sin que las masas desposeídas tengan siquiera el lejano aliento de una potencia “enemiga” que apueste a la transformación de las relaciones de poder y dominación entre las clases sociales, entre los grupos, las mafias y las potencias extranjeras que controlan esta región del planeta.

Poco o nada afectaría a esas estructuras de poder  el aleteo de una mariposa, el pataleo de unos cuantos muchachos y otros tantos ingenuos de clases media en extinción. Pero “hay pirámides y megas obras que no resisten la muerte de ciertas mariposas”, como dijo el poeta Mir viendo llegar el fin del tirano y de gran parte de sus comparsas, cuando Trujillo ultrajó y humilló al país asesinando a las Mirabal.

Acontecimientos en Medio Oriente, Europa y en el país, muestran a pueblos que se están auto convocando sin mediación de los carteros, mensajeros, diarios ni cadenas noticiosas; Sin políticos tradicionales, convencidos, seguramente,  de  no deber esperar solución para sus problemas de aquellos que los han generado. No han sido pocas las revueltas que empezaron con unos versos sencillos, un volátil panfleto o un disparo madrugador.

Grandes héroes morales, civilistas y revolucionarios, han montado sobre la leve oleada de una protesta barrial, o en el filoso canto que repite “ningún pueblo ser libre merece, si es esclavo, indolente y servil…”

Los gobernantes suelen optar por la seguridad de los poderes fácticos, por la solidaridad de los atrincherados en las entretelas del poder económico y los galimatías de los andamios legales.

Pero los grandes hombres, los líderes inmortales, aprendieron a cabalgar sobre las alas de las mariposas de la esperanza y de la libertad. El Presidente y sus cercanos colaboradores podrían estar en medio de una dramática bipolaridad. Riesgosa y peligrosa para todos, cualquiera que sea la opción. Sobre todo si no es guiada por un liderazgo sólido y legítimo. Demasiado escaso, por cierto. ¡Ser o no ser! Compartes de una urdimbre perversa, o estandartes de grandeza moral y espiritual.

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