Danilo y la seducción de Leonel

Danilo y la seducción de Leonel

El presidente Danilo Medina tampoco ha escapado a la seducción Made in Leonel y Diandino. Ha decidido iniciar la construcción de un segundo tramo de la Línea Dos del Metro de Santo Domingo. Para esos fines erogará la suma de US$385 millones, suma que posiblemente terminará entre US$450 y US$500 millones. Como el Estado dominicano ha estado viviendo de forma deficitaria desde los días de gloria de Leonel Fernández, entonces no hay dudas de que el Gobierno buscará estos fondos concertando préstamos. Mientras esto ocurre, todavía la prensa da cuenta de familias que fueron desalojadas para dar paso a la primera línea del Metro. La prensa nos ha sorprendido en estos días dando cuenta de espacios importantes de soportes del Metro, como son las estaciones, cuyas escaleras y localidades se deterioran de forma progresiva por falta de mantenimiento. La República Dominicana sigue siendo un país único. Una ficción, como el libro aquel que escribió el sabio intelectual Juan Isidro Jiménez Grullón. Porque mientras la diarrea es una enfermedad importante entre nosotros, tenemos líneas de un Metro cuyos constructores dicen que son muy modernos. Un país que cuenta con vergonzosas tasas de mortalidad materna e infantil, pero que puede exhibir, orgulloso, sus líneas del Metro. Esa era y es la visión retrasada y negadora del verdadero progreso del político Leonel Fernández, muchas veces proclamado como el mejor activo del PLD. Pero esa visión no es exclusiva del gran teórico de Funglode, sino que es también parte de la visión del Presidente Danilo Medina. Si este pedazo de línea del Metro solo llegara a costar US$385 millones, como afirmara el fino estratega Diandino Peña, el Gobierno tendría que disponer, de recursos propios o prestados, de la suma de RD$16,598 millones. Por supuesto, el campo dominicano sabe que no verá esa suma durante todo el período de Gobierno de Danilo Medina. No importa las visitas “sorpresas” que haga ni los charcos que brinque, ni por asomo llegarán los agroproductores, grandes y pequeños, a disponer de ese monto para mejorar la vida del 30% de la población y ofrecer los alimentos que necesitan cada día 10 millones de dominicanos. Así es como se bate el cobre, porque obras son amores y no buenas razones.

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