Danilo y Lula

Danilo y Lula

Hizo bien Danilo Medina en visitar al ex presidente de Brasil, Lula da Silva y a la Presidenta Dilma Rousseff, no porque indique que tiene buenas relaciones con líderes internacionales de primera fila, sino porque su campaña electoral tiene que aprender de la brasileña.

Lula, quien salió de su cargo con un 85% de aprobación, apoyó a Dilma, su compañera de partido, durante la campaña electoral. Leonel Fernández apoyará a su compañero de partido en la campaña dominicana. En Inglaterra Tony Blair apoyó a su compañero de partido Gordon Brown, pero quien ganó fue David Cameron, el del partido conservador. Brown criticó poco al gobierno de Blair, pero sí prometió algo diferente, una estrategia parecida a “corregir lo que está mal, continuar lo que está bien, hacer lo que nunca se hizo”. No ganó.

Pero Leonel Fernández tan sólo tiene un 38% de aprobación, no el 85% de Lula. Solamente  un 21% de los encuestados cree que el país va en la dirección correcta. ¿Le pasará a Danilo como a Brown, o como a la Rousseff?

Tiene dos estrategias básicas a seguir.  Reconocer la poca popularidad de su partido y prometer cosas nuevas (“hacer lo que nunca se hizo”), o enfatizar la mala gestión del gobierno de Hipólito Mejía (“memoria contra el olvido”), frase sugerida por Leonel Fernández. Dado que habrán pasado ocho años desde la desastrosa gestión económica de Hipólito Mejía, no es muy recomendable enfatizar mucho la segunda estrategia, pues tan sólo empresarios y profesionales quedarían impactados por ese estribillo, no el pueblo, preocupado como lo está, por la inflación, el desempleo, los apagones y el crimen. No quiere lecciones de historia, sino soluciones a sus problemas cotidianos.

Danilo visitó a los que en Brasil ejecutan el muy exitoso programa de ayuda condicionada que ha permitido mejorar allí la distribución del ingreso y reducir la pobreza. México ha tenido éxito con un programa similar. Es una ayuda condicionada en el sentido de que los beneficios son retirados a aquellos que no envían sus niños a la escuela, los vacunan, etc.  En nuestro país el Vicepresidente Rafael Alburquerque ha desarrollado algo similar, el programa “Solidaridad” de ayuda alimenticia, así como Bonoluz, Bonogas, etc.

 Según la encuesta de Penn, Schoen & Berland de mayo pasado un impresionante 24% de los que dicen que van a votar en el 2012 admitieron que reciben esa ayuda condicionada. Un 32% de los que se declararon peledeístas la reciben, un 20% de los perredeístas y un 30% de los reformistas. Eso podría indicar cierto uso político del programa, pero cuando se preguntó si para conseguir la ayuda se tuvo que demostrar que se era peledeísta, tan solo un 9% contestó afirmativamente y de esa proporción muchos no eran de ese partido, es decir que se continúa con la consigna de Peña Gómez: “toma la funda colorá, pero vota blanco”. Luce pues que no son ciertos los alegatos de uso político del programa.

La carta de intención con el Fondo Monetario  Internacional (FMI) de finales del 2010 estableció la obligación del gobierno dominicano de aumentar la cantidad de familias que reciben el subsidio condicionado bajo “Solidaridad” en 60,000, para llegar a la impresionante cifra de 590,000 familias. Los que reciben “Bonoluz” tienen que aumentar en 100,000, para llegar a los 150,000.

La aun no proclamada candidatura de Medina se beneficiará con el impacto económico que provocarán los US$1.1 billones en préstamos que el país ya ha comenzado a recibir. Sin embargo, si el petróleo y los alimentos siguen subiendo y la recesión mundial se acentúa, anularán ese efecto.

Habrá que seguir prometiendo “hacer lo que nunca se hizo”, sea lo que eso sea, pero que definitivamente no es más ayuda condicionada. Eso ya existe. ¿Será meter presos a los corruptos?

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