Pocas veces una decisión político-partidaria ha traído tanta tranquilidad y esperanza al empresariado nacional, a la clase media y a los pobres como la selección de la doctora Margarita Cedeño de Fernández como compañera de boleta del candidato presidencial peledeísta Danilo Medina.

Danilo y Margarita, quienes comienzan a ser identificados en las redes sociales como “la mutual invencible”, forman un tándem que se complementa de múltiples formas:

La una aporta el carisma, el toque de seducción imprescindible y una enorme experiencia de trabajo exitoso con el pueblo llano;  el otro trae consigo la visión del estadista moderno con un plan específico para garantizar el equilibrio entre democracia, desarrollo económico y progreso social.

Ofrecen a cada quien lo suyo: a los dueños de los medios de producción, la certeza de trabajar y competir bajo las normas del libre mercado y con un marco jurídico-legal propicio; a la clase media, mejores condiciones para su preparación intelectual y su ascenso social; y a los pobres, la protección gubernamental que los ayude  a salir de la miseria.

 La candidatura Danilo-Margarita hace coincidir la opinión del Partido de la Liberación Dominicana con la de la opinión pública, formando una opinión compartida en torno a la muy reclamada unidad de intenciones y esfuerzos electorales entre candidato presidencial y Presidente de la República.

Primó la inteligencia, la cordura y la búsqueda del bienestar común, otorgando a los votantes adversos a la candidatura de Hipólito Mejía el privilegio de combatir efectivamente y, con medio año de anticipación, la llamada “espiral del silencio”.

Porque ya nadie se siente aislado en su apoyo al candidato peledeísta o al presidente Leonel Fernández, porque ya nadie tiene que otear el panorama en busca de señal.

El mensaje está claro: con nuestra avalancha de votos, Danilo y Margarita quedarán facultados para gobernar por un país mejor.