Danny, rejuvenecido y solidario

Danny, rejuvenecido y solidario

Danny Rivera todavía se sorprende de que cada uno de sus pasos despierten tanta admiración y seguimiento entre los dominicanos.

Y, es que a pesar de que se ha hecho cotidiano en nuestra vida, no deja de ser –o quizás por ello , el cariño y el respeto que le tenemos, se ha multiplicado.

A Zenaida Terrero la organizadora del concierto de concienciación “Una primavera para Haití” la oímos darle las gracias y mostrar su sorpresa por la calidez y la espontaneidad con que el artista manejó y aceptó aportar su arte para la hermana nación caribeña.

Tras su salida de la vanette donde esperában Jesus Nova –que era su edecán y él a que el actor Micky Montilla le anunciara que debía subir al escenario, me acerqué, grabadora en mano a conversar con el artista puertorriqueño.

Entendiendo que en el caso de Danny Rivera, traducir lo que dice a nuestro entendimiento es quitarle belleza y fuerza a sus poéticas y bien hiladas frases, ofrecemos inextenso el diálogo.

[b]P: Danny, ¿cómo tú estás?[/b]

R: “Bien, bien, bien”.

P: Estas en este encuentro que de alguna manera debió pasar mucho antes en solidaridad no solo con Haití, porque yo creo que tú has sido un ejemplo de solidaridad entre estas islas, ¿no?

R: “Hemos tratado de ser consecuentes con eso que históricamente se dice que somos hermanos, antillanos y cuando se es hermanos tratamos de probar con hechos reales que lo somos y en la necesidad del hermano hay que estar y Haití lo necesita mucho y creo que no he hecho nada, sencillamente vengo a cantar una canción como para decir, señores estoy aquí con ustedes, Haití, ¿qué más podemos hacer?

P: Ha sido larga la lucha y sin embargo se pudiera decir que no hemos llegado hasta donde debemos llegar porque hay problemas todavía…

R: “Bueno sí. No sé cuánto más falta pero al menos este intento de que mucha gente en Haití sepan que todavía Haití no está solo ni aislado aunque parezca lo contrario, que hay gente que todavía creemos en Haití y que necesitamos decirle a Haití, que como pueblo tiene que crecer y tiene que venir un estado político que le dé la felicidad que se merece el pueblo hatiano”.

[b]P: ¿Tú crees en este tipo de iniciativas que tienen que ver con encuentro con música pensando en un ideal?[/b]

R: “Yo creo que las cosas que hace la música y la solidaridad que viene hilvanada con la música, con las artes puede crear un ambiente propicio para muchas cosas que después políticamente se realizan, pero la música hace un gran esfuerzo para servir para lo que es la música, para solidarizarse con causas hermosas de necesidad humana, entonces la música puede traer un ambiente bueno”.

P: En el caso de República Dominicana con Haití, Puerto Rico con República Dominicana, estamos unidos además del Mar Caribe por amores y desamores que vienen desde hace mucho tiempo…

R: “Hay una historia ya de luchas en donde uno y otro pueblo ha donado sangre en el mejor sentido de la palabra, ha donado personalidades, seres humanos que han cruzado de un país a otro a hacer esto mismo que estamos haciendo nosotros, únicamente que a través de la música, en otros momentos, en la lucha de independencia de los países, del Caribe y de Iberoamérica, nos cruzamos, unos ayudaron a los otros, así que esto siempre ha existido lo que falta es que suceda todavía más, que se unan mucha más gente a ayudar a los países y a los amigos de los diferentes lugares y que cese el prejuicio ancestral que hemos tenido en contra del hermano por color, por raza, cosas que son un poco tontas, pero que existen”.

[b]P: Percibiendo Haití desde aquí y percibiéndolo desde Puerto Rico, ¿existe una diferencia?[/b]

R: “Hay mucha diferencia claro que sí. En esencia somos lo mismo, somos seres humanos buscando la paz, la felicidad, buscando tener algún acomodo en la historia de los países para poder ser felices, pero sí somos diferentes, es lo de la belleza, de esta diversidad que en esencia nace con las mismas inquietudes de vivir en una sociedad más justa, etc. Entonces, sí hay diferencias, Haití es un país diferente al de nosotros, a Cuba, a Santo Domingo,pero también tienen esa necesidad que tienen todos los seres humanos de que los respeten y de que ellos mismos se respeten a sí mismos para que encuentren un mejor camino”.

P: Tú como artista que de alguna manera te has alineado en todas estas luchas por el crecimiento, la superación, la justicia, el respeto, de alguna manera sacrificas algo, ¿a dónde va lo que sacrificas?

R: “No sé, no creo que he sacrificado nada. No sé, no me parece. Yo lo que he obedecido a lo que me dictan el alma y la conciencia de hacer cosas como estas que me gustan y que disfruto y que son genuinas, salen de mis entrañas. Porque creo firmemente en que un día la utopía esta que se busca, se haga realidad, pues la sigo manteniendo y no quiero olvidarme de ella”.

P: De alguna manera cuando nos alineamos por una lucha, una gesta, cualquiera que sea los que son propiciarios de ésta, de alguna manera te abandonan porque ya tú no formas parte de su clase…

R: “Ese es el riesgo que uno se toma siempre, de pagar, porque siempre que te dedicas a ser quien eres tienes a cambio que dejar algo y eso es natural que suceda. Lo más importante es hacer lo que uno cree que debe hacer y que sean cosas de bondad para ayudar a los demás”.

[b]P: ¿Cuáles son tus planes inmediatos?[/b]

R: “Seguir adelante, trabajar, sacar un disco próximamente y echar a mi hija nueva adelante que viene por ahí”.

[b]P: ¿Tiene nombre”[/b]

R: “Se llama Ariana”

[b]P: ¿Qué significa en este momento Ariana?[/b]

R: “Pues significa rejuvenecimiento, vida, un regalo de Dios y de la vida”.

Danny se despidió de nosotros y llegó hasta el escenario donde declaró antes de empezar a cantar “la primavera de Haití somos nosotros, Haití nos necesita, por Haití estamos aquí y por Haití estaremos siempre que, cuando los hermanos están en desdicha, los hermanos se unen”.

Danny cantó un hermoso popurrí de sus más populares canciones y ante los deseos del público de que entregara algo más, “otra, otra, otra”, el ascendió de nuevo las escaleras y todos le acompañamos cuando a capella empezó a cantar “yo quiero un pueblo, que ría y que cante… yo quiero un pueblo”.

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