Sr. Presidente, ¿cómo es posible que Usted ya mandó a ejecutar obras de reparación a los daños causados por Irma y María, sin tener una evaluación rigurosa y seria de los daños post eventos? Sr. Presidente, nunca se realizó una real evaluación post eventos climáticos, por lo tanto, nunca los daños causados fueron realmente compensados, ni mitigados, ni corregidos y estos vienen acumulándose y agravándose. (Ver mis artículos titulados “Memorias de un territorio desvertebrado”). Le recuerdo los pasos que son precisos seguir durante una evaluación de daños y pérdidas post-evento climatico: 1. Definir una línea de base que describa la situación anterior al desastre, a las condiciones reinantes antes del desastre en la región afectada y constituye la base de referencia (naturaleza, sociedad, actividades, servicios, infraestructuras) para calificar y estimar después, la gravedad de los daños y sus causas que son fundamentales para corregirlos. 2. Definir en otra línea de base, la situación prevaleciente después del desastre y por lo tanto identificar los problemas y sus raíces para corregirlos realmente, no como se hace desde años atrás: donde se otorgan obras, construye viviendas sin tener una evaluación seria de las técnicas de construcción, de sus defectos, de su mala ubicación o de los impactos a los elementos de la naturaleza, que son acumulativos. 3. Estimar el costo total de los efectos del desastre y medir el posible impacto macro-económico, y 4. Medir el impacto del desastre sobre el empleo y los ingresos de las familias que requiere otro tipo de política asistencial por el Gobierno. Usted lo ve, Sr. Presidente, eso requiere de tiempo y de un equipo formado, pluridisciplinario. Por fin, una 4ª línea de estudio imprescindible es un análisis diacrónico/sincrónico sobre el funcionamiento de la sociedad y su economía en el medio natural antes del desastre, con una evaluación de los daños y pérdidas en el escenario posterior al desastre, para programar, a largo plazo, las adaptaciones necesarias de nuestros sistemas naturales y sociales, frente al reto que nos impone el cambio climático. Las siguientes informaciones se requieren para corregir definitivamente o casi, lo que todos observamos: manejo irresponsable de los recursos costeros (manglares, arrecifes, lagunas, línea de costa) falta de tierras para urbanizar, para proyectos sociales con ubicación segura, infraestructuras con vida útil efímera producto de malversaciones, errores de cálculos y falta de supervisión, deforestación de las laderas montañosas y de los manglares en las costas, falta de acondicionamiento y de reforzamiento de esas laderas y de los ríos (erosión, cauces múltiples, lechos no canalizados), construcciones irregulares cuyos impactos no fueron evaluados, mala ubicación de infraestructuras estatales como postes de luz, cárceles, hospitales, escuelas, Sr. Presidente, el inmediatismo, la improvisación, el clientelismo, las malas prácticas, las soluciones rápidas sin EIA son un fardo costoso para los sectores populares y para el país.