Daris Javier Cuevas – La economía de la incertidumbre

Daris Javier Cuevas – La economía de la incertidumbre

Desde 1870 hasta la primera guerra mundial, Inglaterra mantuvo vigente el patrón oro, el cual suspendió en 1914, dado que necesitaba crear dinero para financiar la guerra. Sin embargo, posteriormente el entonces ministro de hacienda Winston Churchill tomó la decisión de retornar al patrón oro y ubicar la libra esterlina al valor Pre-guerra.

Esta decisión fue criticada de manera contundente por el brillante economista inglés John Maynard Keynes argumentando que «el ministro de hacienda ha cometido un error, un error porque el riesgo que corremos no compensa lo que podemos obtener a cambio si todo va bien». La opinión de Keynes no fue tomada en consideración, pero sus predicciones fueron exactas de tal forma que Inglaterra cayó en una recesión mayúscula en todo lo que fue la década de 1920.

Guardando la distancia y los actores, esto tiene un parentesco con la República Dominicana cuando en el año 2001 se tomó la decisión de recurrir a los mercados financieros internacionales con la primera emisión de bonos soberanos. Múltiples fueron las opiniones advirtiendo de la posible situación que transitaría la economía mundial, y que por tanto, con la obtención de U$500 millones de dólares, no se estaba ponderando las adversidades externas, por lo que los beneficios de estos recursos frescos iban hacer inferior al riesgo que se estaba asumiendo.

No obstante la llegada de U$500 millones y la inyección permanente de dólares en el mercado cambiario, el tipo de cambio cerró en el año 2002 a RD$18.54 con perspectivas de mantener la escala alcista por la cual transitaba, ya que el mercado no presentaba aires de confianza.

Aún con una segunda emisión de U$600.00 millones de bono soberano, el tipo de cambio no cedió. No se quiso entender que los U$1340.8 de las reservas internacionales brutas con que cerró el año 2001 eran ficticia e insostenible en el tiempo, ya que el mercado no presentaba aires de confianza.

De manera correcta las autoridades pusieron en ejecución dos de los instrumentos más poderosos de la política monetaria como son la política de mercado abierto y el encaje Legal, que invocaban una política monetaria restrictiva e incluso dichos instrumentos se sobre usaron y el tipo de cambio lo único que ha hecho es colocarse a un RD$35.10 por un dólar.

Lo preocupante es que los instrumentos de contracción monetaria ya se agotaron, pues hasta el momento su aplicación no han surtido el efecto deseado, por lo que se ha seguido cometiendo el gran error de buscar las causas en factores externos, menospreciando el reconocimiento a factores internos, y muy particularmente de política económica que es la causa real que está explicando la crisis cambiaria por la que transita la economía dominicana, llegándose a una situación de desbordamiento del tipo de cambio.

Es importante resaltar que una devaluación conduce a un deterioro de la producción nacional, encarece las importaciones y la deuda externa, provocando el surgimiento de incontrolables niveles de precios.

Las consecuencias de una devaluación como la que se registra en el país, tiene su mayor acento en la inflación, la cual desorienta a consumidores y productores, desarticula la inversión, frena el crecimiento de la economía, acentúa el déficit fiscal. Al tiempo que se genera una volatilidad en los precios, en donde las informaciones no resultan confiables, pues la confianza y la credibilidad se pierden en un escenario de incertidumbre.

Es sobre esas reflexiones que se debe interpretar el dislocamiento en los niveles de precios que se registran en los diferentes renglones de la economía dominicana e incluso provocando que múltiples cotizaciones de bienes y servicios se estén realizando en dólares.

Una ligera observación de la situación económica actual nos sorprende cuando de un año a otro el crecimiento de la inflación registra variaciones extremas. En efecto en junio del 2002 la inflación en los alimentos era de 0.79%, mientras que a junio del 2003 ésta se colocó en 8.48%, de igual manera la salud registró 3.15% y al día de hoy la inflación en este sector es de 10.16%, el transporte de 6.37% pasó a 20.65%, en tanto que los precios de los combustibles han registrado incremento triple en tan solo un año, llegándose con el último aumento a niveles nunca registrados.

Con el panorama que se ha derivado de la devaluación de la moneda, las autoridades económicas tienen que ser reflexiva y actuar con cabeza fría ya que lo poco efectivo que han resultado las medidas tomadas y las anunciadas, lo único que han generado es una economía de incertidumbre.

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